Transmisión del Misterio

Por: Por Roquel Iván Cárdenas Catequista -

San Pablo nos muestra aspectos esenciales de nuestra fe como son la tradición catequética y el tesoro de la fe de la cual es custodio nuestra Iglesia. A la cual le debemos fidelidad y veneración como un don de Dios. Porque nadie se puede dar la fe asimismo, tiene que haberla recibido de otro. Como el mismo san Pablo nos enseña en otro lugar cuando nos habla de que la fe viene por el oído: "Les hago saber, hermanos, el Evangelio que les prediqué, que han recibido y en el cual permanecen firmes, por el cual también son salvados, si lo guardan tal como se lo prediqué... Si no, ¡habrían creído en vano! 1Corintios 15,1s

Observemos como nos dice que la conservación de la doctrina tal y como le fue predicada es medio para obtener de manera efectiva la salvación. No basta con creer por creer; o creer cualquier cosa, es necesario creer en la sana doctrina que recibimos de la Iglesia.

Después nos sigue diciendo san Pablo: “Porque les transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; que se apareció a Cefas y luego a los doce; después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales todavía la mayor parte viven y otros murieron. Luego se apareció a Santiago; más tarde, a todos los apóstoles”. 1Corintios 15,3-7

Por lo tanto, san Pablo nos enseña que no se trata solo de creer la sana doctrina, sino que es nuestro deber transmitirla para que otros, reciban el tesoro que a su vez nosotros hemos recibido.



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