Adiós a Sor Lourdes

La capilla del Hogar y la escuela San José de Malambo, ubicada en Arraiján, fue el centro de expresiones de solidaridad y oración por parte  de la gente sencilla que se vio abrazada por la caridad y el amor de sor Lourdes Reiss, quien entregó su vida y trabajó en la defensa y protección de la niñez panameña.

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Una foto de Sor Lourdes frente al ataúd, rodeada de ofrendas florales y el ruego a través de la oración de personas, autoridades y religiosos(as) que conocieron su calidad de ser humano y trabajo incansable.

La misa de cuerpo presente estuvo oficiada por monseñor Rafael Valdivieso, obispo de Chitré y presidente de la Conferencia Episcopal Panameña.

Durante la homilía, monseñor Valdivieso agradeció a sor Lourdes por su servicio, caridad y amor a tantas personas.

"Lo que a sor Lourdes le dio una plena alegría es lo que ha legado a todos. Restaurar la dignidad de la vida humana, que se levante y alcance metas, es lo que hizo ella", añadió.

Puntualizó que sor Lourdes a pesar de tener posibilidades en el mundo, decide entregar el tesoro más preciado, que es la propia vida al servicio de Dios, atendiendo a los niños en Guatemala, El Salvador y en Panamá.

"Su vida, su sacrificio y entrega sea inspiración para muchas personas", concluyó con su mensaje a los que estaban presentes en la despedida de esta gran hermana.

Por su parte, un joven, que se formó en este centro, testificó que sor Lourdes fue como una madre para él, que lo acogió con amor ante la ausencia de una familia.  Toda mi vida la recordaré y estaré agradecida con ella.

 Al servicio de la niñez desamparada

Sor Lourdes Reiss, directora administrativa del Hogar San José de Malambo y una de las figuras más apreciadas en Panamá, falleció el pasado lunes. Tenía 82 años y 60 de ellos de servicio religioso.

Sor Lourdes había sido sometida la semana pasada a una delicada cirugía.

Pertenecía a la Compañía de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, y recibe el nombre de Lourdes, en honor a la Virgen de Lourdes.

A inicios del año 1977,  empieza su nueva misión como directora del Orfelinato San José de Malambo, instancia que atiende a niñas huérfanas, en abandono, maltratadas física y psicológicamente. Su condición de religiosa siempre perseverante la impulsa a crear programas integrales de educación.

Desde 1988 era la representante legal de la Compañía de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, la cual es conformada por los Hogares de beneficencia Medalla Milagrosa, San Vicente de Paúl – Colón, Santa Luisa de Marillac y Monerri, los cuales brindan atención a niños, niñas, adolescentes y adultos mayores.