Rusia 2018: un Mundial lleno de sorpresas, emociones y dramatismo
La FIFA afirma que el contenido relacionado con el Mundial fue visto 1.000 millones de veces en plataformas digitales durante estas últimas semanas en que el fútbol fue el único deporte interesante del mundo (lo sentimos, Wimbledon y Tour de Francia).
Pocos aficionados croatas se imaginaron que se quedarían hasta el día de la final del Mundial Rusia 2018. /AP
Por: MOSCÚ /AP -
Hubo sorpresas, emociones y dramatismo incluso un día antes del partido inaugural, cuando España destituyó a su técnico. Y la tendencia seguirá hasta el último cotejo, en el que Francia buscará impedir que Croacia se inscriba en el pequeño club de países que han sido campeones del mundo.
Abundaron las sorpresas que estremecieron el orden establecido en el fútbol (la eliminación de Alemania). Aunque hubo equipos tan malos _Arabia Saudí, aplastada 5-0 en el duelo inaugural frente a Rusia_ que difícilmente reforzaron los argumentos para ampliar el número de participantes den el Mundial.
Fue posible apreciar momentos bellos, como en el tiro libe combado que ejecutó Cristiano Ronaldo para completar su “hat trick” frente a España, y otros que no lo fueron tanto, como la forma en que el astro portugués se levantó los pantaloncillos para mostrar sus ingles.
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Existieron los momentos empáticos, incluido el que protagonizó el seleccionador inglés, quien sabe por experiencia propia lo que significa errar un penal y decepcionar a un país. Gareth Southgate consoló con un abrazo al colombiano Mateus Uribe, quien no paraba de llorar después de que había estrellado su disparo de la tanda en el travesaño.
Y proliferaron los memes que provocaron risa durante este espectáculo consumido por el mundo, que no sólo ratificó su mágico poder para unir a familias, amigos, vecinos, extraños y naciones enteras frente al televisor, sino que dominó también la vida en internet.
Tan sólo hay que recordar a Michi Batshuayi. El jugador belga intentó festejar un gol disparando a las redes y terminó como figura de un momento cómico.
La FIFA afirma que el contenido relacionado con el Mundial fue visto 1.000 millones de veces en plataformas digitales durante estas últimas semanas en que el fútbol fue el único deporte interesante del mundo (lo sentimos, Wimbledon y Tour de Francia).
La comparación de un Mundial con otro es imposible, porque ninguna experiencia resulta tan subjetiva como ésta. Los españoles, por ejemplo, adoraron la edición de 2010 porque se coronaron, pese a que Sudáfrica causó irritación con las vuvuzelas y registró uno de los promedios más bajos de goles por encuentro en la historia.
Pero la 21ra Copa del Mundo ha sido fantástica. Tal vez la mejor medición sobre lo adictivo que resultó este Mundial se apreciará el lunes, un día que se sentirá triste y vacío sin la actividad que la gente acostumbraba seguir desde Rusia.
Ese día habrá también preocupación, pues es posible que nunca vuelva a tenerse un Mundial tan bueno.
Definitivamente no ocurrirá en 2026, y posiblemente tampoco en Catar 2022. Puede ser que ambas ediciones sean afectadas por la incorporación de otros 16 equipos.
La expansión, desde luego, es maravillosa para los países que nunca han tenido la oportunidad de contar con un equipo en el Mundial. Pero nadie debe permitir que la FIFA lo engañe al decirle que diluir la calidad del Mundial es positivo para algo que no sean los negocios.