Carlos venderá los caballos de la reina y recogerá millones

El rey de Inglaterra Carlos III anda desatado y tras despedir a muchas personas que trabajaban para su madre, demostrar que es ñañeco, ahora pondrá a la venta 14 caballos de su difunta madre, la reina Isabel II.

LEE TAMBIÉN: Kanye está ponchi; lo acusaron de racista y ahora ama a Hitler

La casa de subastas Tattersalls, que se especializa en caballos de carreras, le dijo  a emisoras británicas que la mayoría de los equinos a subastar son yeguas de cría. Además figuran en la lista Just Fine, el primer caballo en ganar una carrera para Carlos III a principios de octubre, y Love Affairs, dos animales particularmente conocidos.

Mencionan que esto no significa el final de la cría de caballos reales, ni es un paso inusual. la casa real británica "vende caballos todos los años", dijo el portavoz de Tattersalls, Jimmy George. "No puedes quedártelos a todos", agregó. La reina Isabel II, que murió el 8 de septiembre, era una ávida criadora de caballos y se dice que llegó a tener alrededor de 180 ejemplares.

El rey de Inglaterra Carlos III pondrá a la venta 14 caballos de su difunta madre, la reina Isabel II. La casa de subastas Tattersalls, que se especializa en caballos de carreras, dijo el lunes a emisoras británicas que la mayoría de los equinos a subastar son yeguas de cría. Además figuran en la lista Just Fine, el primer caballo en ganar una carrera para Carlos III a principios de octubre, y Love Affairs, dos animales particularmente conocidos.

Es sabido que la hípica fue una de las pasiones de la Reina Isabel II durante sus 70 años en el trono británico, tanto que Emma, su animal favorito, tuvo un papel prominente en su funeral el pasado 19 de septiembre, acompañado por su mozo de cuadra. La Reina era una de las criadoras más prestigiosas del país y actualmente el criadero real tiene 60 caballos de carreras y 38 yeguas de cría en Sandringham.

Se espera que nazcan otros 30 potros en 2023 que podrían alcanzar altos precios en el mercado ya que serán los últimos procreados durante el reinado de la longeva soberana. Para Isabel II, los animales eran un medio de escape de las tareas diarias como jefa del Estado. Una pasión que favoreció el auge de las carreras en el país.