Dermatitis atópica: Una condición común y poco comprendida

La dermatitis atópica (DA) es una enfermedad crónica de la piel, que se caracteriza por la inflamación, sequedad, descamación y picazón en este órgano del cuerpo.

Aunque la causa exacta de la dermatitis atópica es desconocida, los estudios sugieren que ciertos factores pueden desencadenar la enfermedad o empeorar los síntomas, como el estrés, el clima, las alergias y la genética.

De acuerdo con la base de datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en relación con la carga mundial de morbilidad de las enfermedades (Global Burdeon of Diseases), se estima que la DA afecta al menos 230 millones de personas en todo el mundo.

No existe una prueba diagnóstica específica para la dermatitis atópica, por lo que su diagnóstico se hace clínicamente basado en antecedentes, morfología y distribución de las lesiones cutáneas y signos clínicos asociados.

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En cuanto, a sus síntomas están: piel seca agrietada, picazón (prurito), oscurecimiento de la piel alrededor de los ojos y pequeñas protuberancias, entre otras más. Las lesiones se presentan en la cara, cuello, manos y piernas.

En el tratamiento debe participar un equipo multidisciplinario constituido por un dermatólogo, alergólogo, inmunólogo, psicólogo y/o pediatra, que se basará en: dónde está localizado el sarpullido y qué tan fuerte es la picazón; los factores que parecen provocar el sarpullido y la respuesta de la piel a tratamientos específicos, para determinar cuáles parecen funcionar mejor.

El tratamiento incluye una combinación de terapias, entre ellos medicamentos y ciertos consejos para el cuidado de la piel.