‘Narcisa’, personaje que explora cada uno de sus aspectos personales
La actriz Viola Davis protagoniza la película La Mujer Rey.
‘Narcisa’, personaje que explora cada uno de sus aspectos personales
‘Narcisa’, personaje que explora cada uno de sus aspectos personales
Por: Redacción SHOW -
La actriz Viola Davis se enfrentó al papel más desafiante de su carrera, “Nanisca”, la generala de un ejército enteramente femenino conocido como las Agojie, en la cinta La Mujer Rey.
En una entrevista con la actriz en Los Ángeles, Viola detalló cómo fue su preparación para esta película, los percances que se dieron y hasta lo aprendido durante el rodaje.
¿Qué te atrajo, como actriz, al papel de Nanisca, y a la cinta en sí como productora?
El papel me decía muchas cosas personalmente, como mujer negra y en lo concerniente a la exploración de cada uno de mis aspectos: mi fuerza, mi vulnerabilidad, mi historia, mi feminidad, mis desastres. El papel me encapsulaba. Y el proyecto me atrajo porque soy alguien que va por la vida buscando autogestión. Quiero que mi identidad tenga poco que ver con la manera como el Hollywood blanco me identifica. Quiero mi propia identidad. Y este proyecto me permitía elevar también a otras mujeres negras, me permitía arrojar luz sobre su talento y sus dones, sobre una parte de nuestra historia que jamás había sido contada, que muy pocos conocían.
¿Qué hiciste para prepararte?
Entrené con pesas una hora y media diaria, cinco días a la semana, y después de cada sesión, más de dos horas de artes marciales. Eso cubrió el aspecto físico. Y te he dicho… tengo cincuenta y seis años. Por ello, este entrenamiento con pesas fue especialmente duro; todo mundo quería que yo luciera ultra fuerte. Y más tarde aprendí a luchar cuerpo a cuerpo y a utilizar el machete, porque este representa el arma principal de Nanisca.
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¿Acaso el aspecto físico fue lo más arduo de la filmación, o lo fue la profundidad del personaje?
En mi caso, lo físico fue lo más arduo, pero todo esto no es más que semántica. Porque el dialecto, la actuación, el rodaje en África, todo ello fue tremendo. Se trataba de uno de esos papeles en los que cada aspecto del personaje debía operar al cien por ciento. Pero, sí, por supuesto, el aspecto físico fue realmente dificultoso.
¿Hubo algún percance durante el proceso, o algún momento en el que las ganas de pelear desaparecieran?
Sí, sufrí una herida, pero esto ocurrió antes de comenzar el rodaje. Me desgarré un ligamento. Pero soy muy resistente. No me molestó durante el entrenamiento. Aunque mi brazo resintió mucho los giros con el machete.
¿Qué sentiste cuando te añadiste a este elenco estelar conformado por mujeres?
¿Sabes algo? Es lo que más he gozado en la vida. Hablo en serio. Existe un dicho, especialmente entre los actores más viejos que, en cierto sentido, conocen el camino: tu techo es el suelo de otros. Así me sentí. Sentí que la antorcha que entregamos a una nueva generación repleta de talento es verdaderamente increíble, sobre todo cuando ves a toda esta juventud recibiéndola, poniéndose en marcha, participando en la carrera. Así me sentí al verlas. Pude ver el futuro, la confianza, el amor propio, la seguridad de su visión y su propósito. En general, el trabajo junto al equipo fue un placer.
¿De qué manera te parece que la historia de estas guerreras se correlaciona con las mujeres negras de la actualidad?
Las mujeres negras somos la espina dorsal de nuestra sociedad. De hecho, las mujeres, en general, son la espina dorsal de cualquier comunidad, cualquier familia. Somos las que cuidan a los niños. Si estudias a las tribus de África, las mujeres son las que salen a buscar los alimentos. Somos el pegamento que preserva a la familia. Somos el corazón y el alma. La vulnerabilidad, esa energía tan femenina, la notamos actualmente por todos lados. Y debo decirlo, quizás a causa de toda la adversidad que hemos enfrentado como mujeres negras, realizamos el trabajo a sabiendas de que nadie nos respalda.
La Mujer Rey cuenta la historia verídica del Reino de los Dahomey, uno de los Estados africanos más poderosos a lo largo de los siglos XVII y XVIII. Como Nanisca, Davis despliega todos sus talentos histriónicos, junto con todos los detalles alrededor de cómo logró transformarse en una luchadora tan empoderada a la edad de cincuenta y seis años.