Cártel de Sinaloa utilizaba servidores en Panamá para no ser pinchados

Los costos de los teléfonos iban de entre los 2 mil y 3 mil dólares estadounidenses cada aparato, por un período de seis meses.
Cártel de Sinaloa utilizaba servidores en Panamá para no ser pinchados

Cártel de Sinaloa utilizaba servidores en Panamá para no ser pinchados

Cártel de Sinaloa utilizaba servidores en Panamá para no ser pinchados

Cártel de Sinaloa utilizaba servidores en Panamá para no ser pinchados

Por: Redacción / Crítica -

Altos mandos del "Cártel de Sinaloa" eran unos de los 20 mil clientes de la empresa canadiense Phantom Secure, cuyo presidente, Vincent Ramos, fue detenido hace 10 días en Estados Unidos acusado de narcotráfico, obstrucción de justicia y crimen organizado por proveer a poderosos grupos criminales de herramientas de comunicación encriptadas fuera del monitoreo de la policía.

El FBI detectó que la empresa canadiense vendía dispositivos BlackBerry alterados a "clientes" con alta necesidad de mensajes privados impenetrables por las autoridades, incluyendo grandes organizaciones criminales, por ejemplo, el "Cártel de Sinaloa".

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La empresa utilizaba servidores registrados en Panamá y Hong Kong, según con la idea de que sería menos probable que se vigilara las comunicaciones o autoridades colaborarán con autoridades extranjeras y desvelar la red.

En la denuncia presentada ante un juzgado federal, el FBI revela que las redes de Phantom Secure estaban diseñadas específicamente para evitar que las autoridades interceptaran y monitorearan las comunicaciones de los grupos delictivos y que la empresa ofreció el servicio para ayudar a los grupos del crimen transnacionales.

Los costos de los teléfonos iban de entre los 2 mil y 3 mil dólares estadounidenses cada aparato, por un período de seis meses.

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En una operación en cooperación con agentes de Canadá y Australia, el FBI decomisó más de mil teléfonos y se apropió de 150 dominios de internet con redadas en 25 propiedades en tres países, lo que permitió acabar con una empresa centrada en la ayuda al crimen organizado, que había ganado más de $80 millones en una década con su apoyo tecnológico.
Ramos fue el único detenido y cuatro de sus socios siguen en búsqueda y captura.   El equipo técnico quitaba todo el software y hardware que pudiera ser objeto de seguimiento, como micrófonos, GPS, cámara, internet y servicios de mensajería. El dispositivo desnudo se vestía con el software de encriptación Pretty Good Privacy. Los mensajes enviados a través de estos dispositivos se canalizaban por rutas y servidores en Panamá o Hong Kong, países que no cooperan con fuerzas de seguridad internacionales, destacan varios reportes internacionales.
La compañía creaba redes de pocos miembros que permitían comunicación directa y encriptada entre ellos. El interés por crear un entorno anónimo y seguro se multiplicaba con el uso de cibermonedas y empresas tapadera.



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