COSCA VA COMO TESTIGO, PERO LO DESCARTAN POR SER IMPUTADO

El Ministerio Público logró desahogar cinco pruebas testimoniales, con algunos trabajadores del hotel El Panamá.
COSCA VA COMO TESTIGO, PERO LO DESCARTAN POR SER IMPUTADO

COSCA VA COMO TESTIGO, PERO LO DESCARTAN POR SER IMPUTADO

Por: Jean Carlos Díaz/Crítica -

El padre David Cosca, quien había sido requerido como testigo en el juicio oral por el homicidio de Eduardo Alberto Calderón Ramos, hecho ocurrido el viernes 7 de julio de 2018, en la habitación #47 del hotel El Panamá, quedará libre de comparecer ante el Tribunal de Juicio Oral.

Esto luego de que la abogada Holanda Polo, defensora de Hidadi Santos Saavedra, imputado por el delito de homicidio doloso agravado, anunciara que desistirá del testimonio de Cosca.

Polo señaló que renunciará al padre Cosca porque en el momento que lo había pedido no estaba imputado, pero como ya está imputado y tiene un proceso desistirá de su testimonio.

“Voy a dejarlo que él siga con su proceso... esa imputación hay que estar en kinder para poder no entender que hubo encubrimiento”, recalcó.


Juicio oral

El Ministerio Público logró desahogar cinco pruebas testimoniales, con algunos trabajadores del hotel El Panamá.

Adicional a tres pruebas documentales que brindan un informe del personal quien laboraba en los turnos entre el 6 y 7 de julio de 2018, videos de la entrada y salida de Hidadi Saavedra, vistas fotográficas de las habitaciones #47 y #48 y algunas muestras de sabanas, toallas y ropa con manchas de sangre.


Cosca pidió descuento para la reserva

El padre Cosca fue quien rentó la habitación #47, la tarde del 6 de julio, señalando que era para dos personas, uno de esos; su sobrino Saavedra.

Hizo uso de su tarjeta de crédito visa, y de su descuento especial por ser cliente frecuente para poder hacer la reserva por una noche con un valor de $88 ($80 más el 7%).


Evidenció lo sucedido

Kimberly Hudson Zúñiga, supervisora de recepción en el hotel, indicó que el día de los hechos vio salir a Hidadi junto a Eduardo a eso de las 11:00/12:00 p.m. y luego regresaron a las 2:30 a.m., venían abrazados y algo pasado en tragos por la apariencia corporal que mantenían y cómo caminaban

Venían un poco alegres; como si se hubiesen pasado en tragos, abrazados y sonriéndole a la vida. Hudson les dijo “buenas noches” y Saavedra le respondió de la misma manera, entre risas y abrazos con Calderón.

Hidadi vestía un suéter gris claro, con diseño frontal y zapatillas. Su acompañante llevaba una camisa roja manga larga, jeans y zapatos.

Se dirigieron hacia el área de cabañas donde se ubica la habitación #47 y alrededor de las 3:00 a.m., Valentín Calderón, quien está llamado como testigo en la investigación, le indicó que llamara al seguridad que había una persona por el área de la piscina tirada en el suelo en un charco de sangre.

A su lado, como a uno o dos metros estaba un celular sin la tapa trasera, desbaratado y una cédula de identidad personal de Eduardo Calderón, quien no aparecía en el registro de “check-in” en el hotel.

Calderón hacía movimientos involuntarios, quejidos y se le dificultaba respirar, incluso se ahogaba con su propia sangre. Pidieron un botiquín y que se llamara a una ambulancia, mientras se le brindaban los primeros auxilios.

Kimberly era recepcionista para el 7 de julio de 2018, entró a laborar a las 10:30 p.m., del día anterior y su salida era a las 6:00 a.m. del día en que se suscitó el incidente.

El tiempo se hacía largo y los paramédicos del Servicio de Emergencia Médica Móvil (SEMM) no asistían al llamado.

Juan Cruz, quien era el jefe de turno en ese entonces, le indicaba a Hudson que llamara a la ambulancia que “el muchacho se les iba”.

Eduardo estaba boca abajo, en un charco de su sangre, pero estaba respirando.

Uno de los trabajadores de apellido Trujillo, le dijo a Hudson que sacara su celular y tomara fotos para luego poder hacer el informe de lo sucedido.

Desde el charco de sangre habían unas huelas de pisadas (calzados) por las escaleras hasta llegar a la habitación #47.

Las fotos tomadas con el celular de Hudson las mantuvo allí, luego de pasárselas a su compañero Trujillo y a Pitti, vía WhatsApp.

Al levantarle el suéter a Eduardo, mientras le daban los primeros auxilios se percataron de que no mantenía ninguna seña de golpes ni marcas.

Hudson tomó fotos de la escalera, las pisadas en el pasillo, de la puerta de la habitación #48 que mantenía rastros de sangre y las paredes.

Al llegar los paramédicos del SEMM los guió hasta el área de las cabañas en donde le dieron los primeros auxilios a Eduardo y luego lo subieron a la ambulancia y lo atendieron en la parte externa del hotel.


La policía nunca llegaba

Se llamó a unidades de la Policía Nacional (PN), incluso a un retén que habilitan cercano al hotel, pero se tuvieron que hacer de tres a cuatro llamadas para que verificaran la situación. Demoraron hasta 20 minutos en llegar.

Al llegar al hotel, fueron atendidos por Hudson, quien los guió hasta el área de las cabañas donde hablaron con Cruz.

Al regresar de la escena, uno de los oficiales venía hablando por celular y Cruz le preguntó que qué debía hacer el hotel ante lo sucedido, el uniformado le indicó que ellos solo debían cobrar por los daños ocasionados a los huéspedes.

Pero no se acordonó el área ni se preservó la escena en ningún momento.

Tampoco fue abordado Saavedra para conversar sobre lo sucedido, o dejar algún reporte en un parte policial.

Antes de que finalizara el turno de Hudson, a las 6:00 a.m., el 7 de julio de 2018, se le indicó que la habitación la tenían que bloquear.

Un tiempo después la habitación fue cerrada y se decidió que debía cerrarse hasta que fuera inspeccionada. Esto lo hizo una señora, la cual no fue señalada en el juicio oral, ya que Hudson no recordaba quién era.


Habitación #48

En la cabaña 48 donde en la puerta habían rastros de sangre estaban hospedadas una mujeres extranjeras, quien fueron contactadas vía telefónica por Hudson a partir de las 3:00 de la madrugada del sábado 7 de julio de 2018.

Hudson dijo que al llamar a la señora, estaba despierta y contestó un tanto alerta, diciendo que para qué deseaban hablar con ella y por qué. A lo que ella le explicó que se trataba de una situación inusual que se había dado en la habitación 47 y que la seguridad del hotel quería verificar que todo estuviera bien en la 48.

Luego a Hudson se le pidió la llave de la habitación 47 y ella las entregó.

El hermano de Eduardo llegó a la instalaciones del hotel El Panamá un poco nervioso, indicando que su hermano tenía algunas pertenencias y que las retiraría, por lo que se contactaron con el SEMM y se les informó que la víctima había sido llevada al Hospital Santo Tomás donde se mantenía recluido en el piso #2 en cuidados intensivos.

 
Hidadi debía hacerse cargo de los daños

Oscar Alonso Rodríguez Cuello, quien en ese entonces laboraba en el hotel, dijo que ayudó a su compañera Yeini Nicole Soto Pérez (primera testigo de la fiscalía) a hacer la reserva del padre Cosca.

Cosca señaló que él no se hospedaría, pero que probablemente iría a las instalaciones en horas de la noche a hacer uso de la piscina por sus terapias en las piernas.

La reserva se hizo un viernes en horas de la tarde.

El sacerdote separado había pedido la habitación cerca al área de las cabañas, lugar que siempre habitaba cuando se hospedaba. Señaló que Hidadi y su esposa usarían la reserva.


Se había cancelado previamente

En la habitación 47, cercano a la piscina, hubo una cancelación previa por lo que pudo ser asignada a Cosa, ya que el hotel tenía un 80% de ocupación de huéspedes.

Al finalizar el turno de Rodríguez (8:00 a.m. a 5:00 p.m.) no se le entregó las llaves ni a Cosca ni a los que se hospedarían en la 47.

Al llegar al día siguiente a su turno se le indicó que Hidadi no podía irse sin pasar por la recepción para hacerle frente a los gastos por los daños causados en la habitación 47. Descubrieron sabanas, toallas y las paredes con manchas de sangre. También una lámpara que tenía daños.


¿Por dónde salió?

Los trabajadores del hotel no lograron captar la salida de Hidadi de las instalaciones, eso a pesar que se pudo un seguridad en el área de la piscina y en la recepción estaban pendiente para no dejarlo que se diera a la fuga.

El jefe de seguridad Juan Cruz, fue quien le informó a Rodríguez que se había dado un hecho de sangre bastante grave y que Hidadi se había bañado y acostado a dormir tranquilamente.

Josan Manuel Gómez, uno de los testigos de la fiscalía,era quien había reiterado a Rodríguez que no dejaran pasar a Hidadi hasta que se hiciera responsable por lo ocasionado en la habitación 47.


“Check-in”

La entrada al hotel de Hidadi Santos Saavedra fue tramitada por Edwin Rosendo Quiel Sáez, quien realizó el “check-in”, sus funciones eran realizar el registro de los huéspedes, atender sus solicitudes y los cobros de reservaciones.

El 6 de julio de 2018 vio llegar a Hidadi llegar al hotel, se les entregó las dos llaves para que fuera a su habitación. Vestía una gorra, suéter gris y pantalón negro.

La reserva que era para él y Marlene Rodríguez, según Saavedra, ya estaba realizada horas antes de que llegara al hotel.

Su acompañante llegaría después de culminar su jornada de trabajo.

Entre las 7:00 p.m. y 7:30 p.m. del viernes 6 de julio de 2018, Hidadi, mientras realizaba el “check-in” mantenía una actitud como apurado con ganas de que se le entregaran las llaves lo más pronto posible, de acuerdo con lo narrado por Quiel.

El turno de Quiel terminó a las 10:30 p.m. el día 6 de julio, y entraba al día siguiente a las 3:00 p.m. fue cuando se enteró de lo sucedido.

Confía en la justicia

El padre de Eduardo Calderón, Rafael Calderón, al salir de la audiencia no quiso brindar mayores detalles, solo se limitó a decir “confío en la justicia”, y sus ojos se le aguaron, mientras avanzaba su caminar.

Firmó su homicidio

La fiscal de Circuito, Cherly Barría, en la fase de alegatos de apertura, fue clara al manifestar que “ el criminal firma su crimen y el señor Hidadi Saavedra firma su crimen la madrugada del 7 de julio”.

Luego de que causara la muerte de Eduardo Calderón con un trauma contundente en la cabeza, por lo que fue imputado por el delito de homicidio doloso agravado.

Añadió que mientras la víctima agonizaba en las escaleras, Hidadi limpiaba la escena del crimen en la habitación 47.

Sin embargo, Polo señaló que ellos mostraran algunos videos donde se muestra que Eduardo Calderón se golpeó con una mampara y su cliente retrocede para ayudarlo.

Y que se dejó constancia de que Eduardo no fue encontrado muerto, se le dieron los primeros auxilios y no tenía señas de que hubiese sido golpeado ni nada.

“Hidadi es una víctima más de las circunstancias, igual que otra persona que está en otra causa”, dijo Polo.


Las sesiones serán hasta las 7:00 de la noch

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El Tribunal de Juicio Oral, conformado por los jueces Guillermo Quintero Montenegro (presidente), Yairis Ramos y Melisa Pinzón, acordaron sesionar hasta las 7:00 de la noche.

La audiencia se está llevando a cabo con un jurado de conciencia; seis mujeres y dos hombres, quienes tendrán la tarea de decidir la culpabilidad o no de Hidadi Santos Saavedra.

La Fiscalía de Homicidios y Femicidios del área metropolitana desahogará cerca de 40 pruebas testimoniales.

La audiencia será reanudada este miércoles 7 de agosto en la sala de audiencias #1 del Sistema Penal Acusatorio

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