Sucesos - 14/2/14 - 03:29 AM
Despiden a niño de La Cabima
En una ceremonia privada, familiares, amigos y vecinos de Ernesto Solano Henríquez, de 7 años, le dieron un hasta luego, en la iglesia Hosanna, ubicada en el corregimiento de Bella Vista.
William Sala/Crítica
En una ceremonia privada, familiares, amigos y vecinos de Ernesto Solano Henríquez, de 7 años, le dieron un hasta luego, en la iglesia Hosanna, ubicada en el corregimiento de Bella Vista.
Ernesto murió atropellado por un camión que se lo arrancó de los brazos de su madre, Gloria, el pasado 7 de febrero.
La madre, quien estaba de día libre, lo llevaba a gestionar una beca para continuar sus estudios primarios, cuando fueron embestidos por un camión blanco, cuyo conductor resultó también con lesiones de consideración.
La tragedia de La Cabima, como fue bautizada por los moradores, dejó 13 lesionados, entre ellos dos bebés de 7 y 10 meses.
Mauricio Henríquez, abuelo del niño, con voz entrecortada y sollozando, dijo que la pérdida de su nieto ha dejado un vacío muy grande en la familia y que no se podrá llenar.
Mientras, el tío Julián reiteró: “Él era un niño especial, inteligente, con un promedio de 4.7, obediente, con una vida por delante”.
“No debió morir por culpa de un conductor que manejaba bajo los efectos de bebidas alcohólicas”, explicó el abuelo Mauricio, quien agregó que el caso lo atenderá su abogado en los tribunales.
Entre los heridos se encuentra un adolescente de 16 años, quien perdió una pierna, y una mujer embarazada que continúa muy delicada en la Sala de Cuidados Intensivos del Hospital Santo Tomás.
Mientras, el joven de 23 años y conductor del taxi que colisionó al camión se encuentra detenido por orden del fiscal auxiliar Marcelino Aguilar. También fue sancionado al pago de $1,000 por conducir ebrio.
Ernesto fue sepultado en el cementerio de Pradera de la Paz, en Alcalde Díaz.