El negocio de las armas
El negocio de las armas
Por: Redacción / Crítica Impreso -
Cada año son fabricadas en el continente americano ocho millones de armas pequeñas y ligeras. Unas 700 mil ingresan ilegalmente a México, 300 mil por la frontera de Honduras y el 10% terminan distribuidas en el resto de los países de Centroamérica.
Las armas pequeñas y ligeras son las preferidas de las personas, ya que son fáciles de transportar y de ocultar.
Para el ministro de Seguridad Pública de Panamá, Juan Manuel Pino Forero, el constante decomiso de armas de fuego ocupa un papel fundamental dentro de la estrategia de seguridad del gobierno.
En el primer semestre del año 2018 se incautaron 770 armas de fuego, para el primer semestre del 2019 se decomisaron 769 armas y en el primer semestre del 2020, pese a los eventos inesperados de la pandemia por el coronavirus, se han “recuperado e incautado” 835 armas.
Solo del 1 al 16 de julio, se han sacado de circulación 107, gracias a la colaboración y coordinación sincronizada entre el Ministerio Público y el equipo de inteligencia de los estamentos de seguridad. Indicó el ministro, que un arma de fuego ilegal, se convierte en una amenaza ciudadana; en una herramienta que facilita el delito, donde el infractor o grupos organizados que transgreden la ley, se sienten con superioridad.
Con su poder de causar daño las armas utilizadas en homicidios, robos, violaciones, extorsiones, narcotráfico y pandillerismo, pro al sacarlas del mercado, se minimiza el peligro, la criminalidad y muertes, expresó Pino.
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Para el ministro lo ideal sería que las armas de fuego sólo pudieran estar en manos del Estado, como un elemento de defensa ante posibles amenazas y como elemento disuasor y represor de la criminalidad, para garantizar la seguridad, vida, bienes y honra de los ciudadanos.
Juan Pino dijo que era comprensible la necesidad de personas particulares, en querer hacer uso de armas de fuego para defensa personal, de su familia y su patrimonio, pero destacó que los controles deben ser minuciosos, con procedimientos que permitan mantener el control del inventario de armas en todo el territorio nacional, facilitando su trazabilidad, a fin de evitar que caigan en manos equivocadas.