Cada cucharada cuenta
¿Eres de esas madres que cuando alimenta a su hijo se come los restos de comida que deja su niño? Si eso es así, preste atención, porque
¿Eres de esas madres que cuando alimenta a su hijo se come los restos de comida que deja su niño? Si eso es así, preste atención, porque esto tiene efectos importantes en la salud que usted debe considerar.
“El problema que hay con este hábito es que nos convertimos en una especie de “basurero” de los desperdicios de nuestros hijos y esto tiende a sumar calorías a nuestra dieta, lo que hace que no bajemos esos kilos del embarazo o que subamos más kilos aún”, asegura Ana Cristina Gutiérrez, asesora nutricional de Herbalife.
Abandonando el hábito
Sirva porciones pequeñas a su hijo o hija. Si quiere más, es mejor servirle otra porción, así no estará tentada a comerse lo que deje.
Piense que esas calorías suman en su ingesta diaria, por lo que ¡una cucharadita más siempre cuenta!
Procure -si la tentación es mucha- tener a mano alguna merienda que pueda comer mientras alimenta a su pequeño, por ejemplo una fruta o un yogur.
Si requiere un argumento más para abandonar esta costumbre, la nutricionista Gutiérrez asegura que con esta práctica le da un mal ejemplo a sus hijos: “Ellos aprenderán a comer las sobras de los demás; a no controlarse cuando el cuerpo les envía señal de saciedad; a consumir alimentos por emociones como angustia o felicidad, y les reforzará el hábito de “picar” o andar comiendo de poquito en poquito, lo que dificulta que consuman lo que deben en los tiempos fuertes de comida”.