Ni aunque cambie el gobierno, regresa a Venezuela
Hace siete años, en compañía de sus familiares, Bettina compartía un almuerzo en un restaurante ubicado en una zona tranquila de Venezuela, pero la paz se vio
Hace siete años, en compañía de sus familiares, Bettina compartía un almuerzo en un restaurante ubicado en una zona tranquila de Venezuela, pero la paz se vio interrumpida por unos motorizados que acribillaron, a sangre fría, a un sujeto que comía en el mismo lugar que ella.
Este suceso obligó a su papá a tomar la decisión de emigrar a Panamá, y desde ese momento ella tuvo que enfrentar el reto de adaptarse a una cultura diferente.
Hoy Bettina es una de las extranjeras más reconocidas en nuestro país y no por su presencia en los medios, sino porque en reiteradas ocasiones la chica expresa lo orgullosa que está de ser “panameña”.
Manifiesta que su corazón es venezolano y que la situación que pasa en su país le afecta mucho, ya que nunca se había dado una lucha entre compatriotas. Agrega que el problema de su país no se trata de cambiar de gobernantes, sino de cambiar la cultura social a la que la gente se ha acostumbrado, y esta es una tarea que toma años.
Dice que la última vez que fue a su patria fue en noviembre de 2012, y la pasó superbién en compañía de amigos y familiares, pero aun así se mantuvo un poco tensa, ya que el país sureño es muy inseguro.
Por una boda familiar, sus padres se encuentran allá en estos momentos y se desespera al ver que ellos no saben qué pasa en la ciudad, ya que todos los medios de comunicación fueron cerrados, agrega que sus seres queridos no participan de protestas, pero su dolor es incontrolable, sobre todo al ver lo que hacen con los estudiantes.
De cambiar la situación en su país, la “cascarosa” puntualizó que se queda en Panamá, ya que en este país hizo su familia, amistades y se siente parte del Istmo.