Pasión por dos ruedas
Por: Arantxa Fernández /VIVA -
En uno de los momentos más difíciles de la historia panameña en el año 1989, época de la invasión estadounidense, Iván Pérez se encontró con un americano totalmente disgustado, el cual le comenzó a decir que los militares de su país se habían robado todas las motos Harley del depósito de la Policía Nacional, y que el hurto era considerado para los soldados como un "trofeo" de guerra, tras toda la situación surgida en aquel momento por el imperio yanqui y su famosa operación "Causa Justa".
El americano le dijo, en aquel tiempo del presidente Endara, que los soldados lo único que habían dejado en el recinto eran las BMW y Suzuki.
Gracias a la influencia y a la información proporcionada por el estadounidense, a Pérez le comenzaron a gustar tanto las Harley, y con una mente emprendedora se trasladó hasta Costa Rica, donde por 10 años la filial de ese país le dio la marca.
Después con el pasar del tiempo, la propia fábrica en Estados Unidos lo reconoció como un vendedor independiente, por lo que se convirtió en el presidente y gerente general de Harley-Davidson.
Y fue así como surgieron y se radicaron las ventas de este tipo de motos exclusivas en el país.
A pesar de que tienen más de 20 años de estar en Panamá, los nacionales no son tan "moteros", como los "ticos", por lo que ocupamos el segundo lugar a nivel regional en compras de dichas motos.
"Los ticos son más motociclistas que los panameños, pues ellos prefieren perder su esposa, casa, hijos, pero las motos jamás", explicó Pérez.
Sin embargo, a raíz de los tranques que hay en la ciudad de Panamá, la gente compra motos para ir al trabajo, sea de la marca que sea.
Los panameños que más adquieren este tipo de equipo rodante son los que residen en Altos de Panamá, lo que para Pérez se convirtió en un caso curioso, pues pensó que personas de otras áreas más exclusivas le comprarían.
Anualmente, 40 a 60 motos de dicha marca son vendidas en Panamá y su valor depende del cilindraje que tengan, el cual comienza desde 11 mil dólares en adelante.
A nivel personal, Pérez se considera un tipo apasionado por las motos, pero no tiene ninguna para uso propio, ya que utiliza cualquiera que traigan a su empresa para "training".