Invasores en Panamá, la "lucha" por tener casa que se agudiza con la pandemia (Fotos)

Un par de botas de agua y una precaria carretilla son lo único que utilizan los jóvenes invasores del terreno "Victoriano Lorenzo", a las afueras de Ciudad de Panamá, para construir sus casuchas, sostenidas por palos de madera y una lona como techo sobre el suelo fangoso. Fotos: EFE / Bienvenido Velasco

 

El paisaje es desolador: acaba de llover y mover los materiales se ha convertido en una odisea; el lodo, las nubes y el atardecer amenazante impiden continuar los trabajos. El sistema de electricidad, robado del cableado más cercano, tampoco proporciona luz a todos los puntos de lo que en un futuro será una barriada.

En ese campamento, que lleva el nombre en alusión al líder y guerrillero indígena panameño cuando aún el país pertenecía a la Gran Colombia, hay unas 500 familias, que se vieron en la "obligación" de ocupar el terreno por los efectos económicos de la pandemia de la covid-19, según cuentan algunos de ellos a Efe.

 

"Nos sacaron de los cuartos de alquiler, donde vivíamos con la familia, a la mayoría nos botaron del trabajo y no tenemos cómo pagar una renta", asegura Aris González, quien se presenta como una de las cinco dirigentes del comité "Victoriano Lorenzo" del campamento.

Las invasiones a terrenos ya eran "comunes" en Panamá "por la necesidad real de la gente de tener una vivienda, porque el Gobierno no tiene la capacidad de resolver en un 100 % el déficit de vivienda a nivel nacional", comentó a Efe un funcionario el Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial (Miviot) que pidió el anonimato.

En el área metropolitana el Miovit tiene registrados 22 asentamientos en el área de Panamá Centro, 68 en Panamá Este, 60 en Panamá Norte y 33 en San Miguelito. La grave crisis económica provocada por el nuevo coronavirus puede venir a acentuar la situación.

Según los dirigentes, cada familia tiene 200 metros cuadrados para construir en este terreno, de unas 10 hectáreas, aunque ni el comité "Victoriano Lorenzo" ni la cartera de Vivienda tienen las cifras exactas.

Hace apenas un mes comenzaron a levantar el campamento, y el ministerio señala que aún no han recibido quejas del supuesto dueño del terreno, a pesar de estar rodeados de barriadas residenciales.

Parte de los invasores aún no vive en el campamento: algunos continúan en los cuartos de alquileres, sin cancelar los pagos adeudados, y otros residen con familiares.

El Miviot especifica que hay dos vías para regularizar la situación de los precaristas, según si están asentados en tierras privadas o del Estado.

OTRAS GALERÍAS