Nairo Quintana apunta al Tour de Francia
Nairo Quintana vuelve al Tour de Francia dos años después. Y esta vez lo hace para ganar.
La espera se ha hecho eterna y de algún modo incomprensible para sus seguidores. Pero en este tiempo, el ciclista colombiano ha domado la danza de su escalada sobre la bicicleta, ha aprendido a liderar un equipo, ha saboreado las mieles del triunfo en el Giro de Italia y también el trago amargo de la decepción con su caída en la Vuelta a España.
Quintana, de 25 años, aspira a dar Colombia y América Latina el primer Tour de su historia.
"Cuando llegué al Tour hace dos años venía con otra mentalidad, venía más tranquilo'', dijo Quintana el jueves en una entrevista con The Associated Press. "Y bueno, ahora la responsabilidad la llevo yo y tengo que cargar con todo yo. He venido preparándome fuerte y preparándome bien para este momento".
"Ahora sí ha llegado, esperamos que las cosas vayan bien'', añadió.
Quintana y sus compañeros del equipo Movistar velan armas en un hotel a las afueras de Utrecht, en Holanda, donde arranca el sábado el Tour. En esta ciudad, con más bicicletas que automóviles, Quintana dice estar como en casa, pese a la inesperada ola de calor que ha sorprendido a todos los corredores.
El colombiano no rehúye el papel de candidato. El recorrido de la carrera favorece a los escaladores como él. Siete etapas de montaña, cinco de ellas con final en alto entre Pirineos y Alpes. Los rivales son los que todo el mundo tiene en mente: el español Alberto Contador, el ganador del año pasado Vincenzo Nibali y Chris Froome.
"Pienso que Nibali y Contador serán un poco los más peligrosos, están en una gran forma y bueno Froome también'', afirmó. ``Los tres son muy importantes''.
Quintana vive una montaña rusa de emociones desde su explosión hace dos años en Francia. Ganó una etapa, clasificó en segunda posición en la general por detrás de Froome y se llevó el premio al mejor ciclista joven. El colombiano, de estatura baja y ligero como el viento, recuperó sensaciones con sabor a ciclismo de otros tiempos. Espontaneidad, ambición y garra contra lo el guión implacable de una máquina de dar pedales como Froome.