Al menos 44 muertos en combates entre tropas sirias y rebeldes en Siria

Al menos 26 miembros de las tropas sirias y 18 de grupos insurgentes murieron hoy en combates que se han intensificado en las últimas horas en la provincia de Hama, en el noroeste de Siria, en un intento de los opositores de recuperar el control del territorio que han perdido, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

Las bajas se han producido en un periodo de cuatro horas en los que "grupos yihadistas" han perpetrado un atentado suicida con un coche bomba en Kafr Nabuda, en el norte de Hama, cuya localidad dominó el Gobierno sirio y aliados a principios de este mes, afirmó la fuente.

La ONG, cuya sede está en el Reino Unido pero que cuenta con una amplia red de colaboradores en el terreno, indicó que los aviones del Gobierno sirio han lanzado también una decena de bombardeos en varias áreas de la provincia de Idlib, último bastión rebelde que escapa al control de Damasco.

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Estos ataques se realizan pese a que Moscú, principal aliado de Damasco y que interviene en el conflicto del país, anunciase el 19 de mayo que el Ejército sirio había decretado un alto el fuego unilateral en Idlib, según el Centro ruso para la Reconciliación de las Partes en Conflicto.

Aunque las unidades del presidente sirio, Bachar al Asad, no han reaccionado ante este cese de hostilidades.

Hasta el momento, ninguna de las partes han confirmado esta información que no suelen informar sobre las bajas en sus filas en el marco de esta operación militar, y que tampoco ha sido anunciada por los medios oficiales.

Las tropas del Gobierno sirio y aliados se enfrentan desde finales del mes contra los insurgentes que controlan territorio en el norte y noroeste de Siria, aunque han perdido ciertas áreas en las últimas semanas.

Según el Observatorio, desde el 30 de abril, fecha que marca la intensificación de los bombardeos de Siria y Rusia contra esas zonas, hasta hoy han muerto 180 civiles, entre ellos 38 niños y 41 mujeres por los ataques aéreos.

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El 17 de mayo, la ONU y varias potencias internacionales presionaron a Siria y Rusia para que detengan sus bombardeos sobre la provincia de Idlib.

Según Naciones Unidas, en las últimas tres semanas han sido asesinadas al menos 160 personas y más de 180.000 han resultado desplazadas por las hostilidades.

De ellas, unas 80.000 no tienen a dónde ir y simplemente se han instalado en campos abiertos o buscado cobijo bajo árboles.

Idlib, donde viven unos 3 millones de civiles, está principalmente bajo control de la alianza Organización de Liberación del Levante, en la que participa la exfilial siria de Al Qaeda, y considerada "terrorista" por Damasco y Moscú.