May defiende relación económica a medida con la UE (Video)
La jefa de Gobierno de Reino Unido, Theresa May, ve progresos "reales y tangibles" en las negociaciones bilaterales, aunque advierte de que el Reino Unido debe estar preparado para "cualquier eventualidad".
El Reino Unido aspira a negociar una nueva relación económica con la Unión Europea (UE) tras el "brexit" diseñada a su medida y no basada en acuerdos existentes con otros países, según defendió hoy la primera ministra británica, la conservadora Theresa May.
May rechaza un modelo similar al de Noruega, miembro del Espacio Económico Europeo (EEE), porque supondría aceptar las normas comunitarias sin participar en su redacción, y tampoco quiere un acuerdo de libre comercio como el que Bruselas ha alcanzado con Canadá, porque desea mayor acceso al mercado único.
"En lugar de eso, propongo una relación única y ambiciosa", dijo la primera ministra en una intervención en la Cámara de los Comunes, mientras en Bruselas ha comenzado la quinta ronda de negociaciones sobre el "brexit".
Los 27 socios comunitarios restantes aún no han visto avances suficientes en el diálogo sobre las condiciones de salida del Reino Unido para comenzar a abordar la futura relación bilateral, aunque May se mostró optimista sobre la posibilidad de alcanzar "un acuerdo completo rápidamente".
La jefa de Gobierno ve progresos "reales y tangibles" en las negociaciones bilaterales, aunque advierte de que el Reino Unido debe estar preparado para "cualquier eventualidad".
El Ejecutivo británico ha publicado dos documentos en los que explora posibles escenarios en materia de comercio y relaciones aduaneras tras el "brexit", entre los que se incluye la posibilidad de abandonar la UE sin sellar un pacto.
Los documentos "allanan el camino hacia una legislación que permita al Reino Unido operar como una nación comercial independiente y crear un sistema aduanero innovador, que nos ayude a lograr un comercio con las menores tarifas y barreras posibles al abandonar la Unión Europea", describió May.
El informe sobre comercio confirma que el Reino Unido no podrá aplicar ningún acuerdo con terceros países durante el periodo de transición de unos dos años que se prevé establecer tras el "brexit".
Londres espera, sin embargo, poder comenzar el diálogo con otros Estados a partir de marzo de 2019 -fecha en la que previsiblemente se ejecutará el "brexit" de manera formal- a fin de tener listos acuerdos de libre comercio cuando termine ese periodo de transición.
La primera ministra anticipa que ni Londres ni Bruselas estarán preparados para implementar el futuro acuerdo al que lleguen antes de esa fecha límite, por lo que defiende un aplazamiento que permita a las empresas acometer los "ajustes necesarios" y a los gobiernos "poner en marcha los nuevos sistemas".
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Londres prevé además que el Reino Unido continuará sujeto a las decisiones del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) durante ese periodo.
Además del futuro escenario económico, el Gobierno británico está especialmente comprometido con alcanzar un acuerdo en materia de defensa y seguridad con la Unión Europea "sin precedentes en su profundidad".
"Continuaremos ofreciendo ayuda y asistencia a los Estados miembros que sean víctimas de agresiones, terrorismo o desastres naturales", afirmó May, partidaria de que los países europeos continúen abordando de manera colectiva las "amenazas" comunes que afrontan.
Al inicio de la quita ronda de diálogo con Bruselas, la primera ministra considera que los contactos han adquirido "una nueva dinámica" desde que a finales de septiembre ella misma admitió que Londres continuará contribuyendo al presupuesto comunitario hasta 2020, aunque no ofreció cantidades concretas.
La oposición laborista considera, sin embargo, que no se han hecho progresos "reales" en el diseño de la futura relación con la Unión desde junio de 2016, cuando el 51,9 % de los votantes en el referéndum sobre el "brexit" optaron por abandonar la UE.
"Han pasado dieciséis meses desde la consulta y no se ha hecho ningún avance real. La primera ministra ha ofrecido una vez más un discurso que debía ser decisivo, diseñado para anunciar grandes avances, que sin embargo tan solo ha confirmado la confusión que reina en el Gobierno", afirmó el líder laborista, Jeremy Corbyn.