Rebeldes matan al expresidente yemení en medio de crisis con aliados
La muerte del exgobernante, desequilibra el balance de fuerzas sobre el terreno, donde el conflicto armado se ha enquistado y se ha vuelto más letal desde la intervención de la coalición árabe en marzo de 2015.
Los rebeldes yemeníes mataron hoy al expresidente Ali Abdalá Saleh, cuando intentaba huir de la capital, Saná, en medio de los enfrentamientos entre las fuerzas leales a este y los hutíes, que desde 2014 y hasta hace pocos días eran aliados en la guerra del Yemen.
El Ministerio de Interior controlado por los hutíes anunció en un comunicado la muerte de Saleh, al que calificó como "líder de la traición".
La emisora de radio de Interior había asegurado anteriormente que el exmandatario y líder del partido Congreso Popular había muerto por disparos de combatientes hutíes.
Un responsable hutí que pidió el anonimato explicó a Efe que "Saleh murió cuando combatientes hutíes dispararon contra el convoy en el que viajaba, a su paso por un puesto de control en la zona Yahana, al sureste de Saná, mientras huía de la urbe".
Las viviendas de Saleh y de algunos de sus colaboradores y familiares, así como sedes de su partido fueron blanco de ataques en los pasados días, desde que estallaran los choques entre sus hombres y los hutíes el pasado miércoles.
El Ministerio de Interior rebelde consideró hoy que la crisis con las "milicias de la traición" ha concluido tras "haber tomado el control por completo de sus posiciones y haber impuesto la seguridad en Saná, sus suburbios y todas las otras provincias".
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Por su parte, el líder del movimiento, Abdelmalek al Huti, aseguró que "la gran crisis que amenazaba la seguridad del país fue superada" y proclamó en un discurso televisado la "victoria" sobre sus antiguos aliados.
Al Huti precisó que su movimiento se puso en contacto con el "líder de la milicias" (Saleh) para evitar la actual crisis, pero sus rivales consideraron que esas comunicaciones eran una muestra de "debilidad", por lo que rechazaron dialogar.
La violencia estalló entre los dos bandos en la víspera de la celebración del nacimiento del profeta Mahoma, sin un motivo aparente, y la crisis se ahondó cuando Saleh pareció dar la espalda a sus aliados y tender la mano a la coalición militar encabezada por Arabia Saudí, que interviene en el Yemen en contra de los rebeldes.
Pero ayer, el partido Congreso Popular negó haber roto la alianza con los hutíes y pidió la mediación de terceros para poner fin a los enfrentamientos entre ambos bandos, que se intensificaron durante el fin de semana.
Según un comunicado de la formación, los hutíes hicieron una "interpretación errónea" del discurso del día anterior de Saleh, que se ofreció a negociar con la coalición árabe, principal apoyo del presidente yemení, Abdo Rabu Mansur Hadi.
El mandatario pidió hoy a los ciudadanos resistir y rebelarse frente a los hutíes tras la muerte repentina de Saleh, al cual ofreció sus condolencias, así como a todos los "mártires" que han perdida la vida en los pasados días.
En un discurso televisado desde la capital saudí, Riad, donde los hutíes le obligaron a exiliarse en 2015, Hadi aseguró que sus seguidores continuarán la lucha "hasta la victoria" y mostró su "confianza en el pueblo y en la justicia".
"El Yemen se encuentra en un punto de inflexión, necesita que todos seamos pacientes y fuertes, y nos enfrentemos a estas milicias sectarias", declaró Hadi, en referencia a los rebeldes chiíes, apoyados por Irán.
"Saná se levantó para afirmar su carácter árabe y vencerá, a pesar de todo", añadió el presidente -el único reconocido internacionalmente-, y pidió a "todos los hijos yemeníes en todas las provincias que están controladas por las milicias criminales y terroristas que se levanten (contra estas) y resistan".
Hadi también prometió que su ejército respaldará a aquellos que se rebelen, pero las tropas yemeníes no han conseguido derrotar a los hutíes en los pasados años, aunque sí han progresado frente a ellos en varias regiones del país, donde los rebeldes aún controlan partes del norte y el oeste.
La muerte de Saleh, que gobernó el Yemen entre 1990 y 2012, desequilibra el balance de fuerzas sobre el terreno, donde el conflicto armado se ha enquistado y se ha vuelto más letal desde la intervención de la coalición árabe en marzo de 2015.
Queda por ver si las fuerzas leales a Saleh, así como su partido y sus destacados apoyos políticos, se reconciliarán con los hutíes o se aliarán al Gobierno de Hadi a partir de ahora.