100 mil suicidios en las Américas: Crisis de salud mental bajo la lupa

Este 10 de septiembre, en el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, las alarmantes cifras de 100,933 suicidios en las Américas durante el 2021 ponen en evidencia una crisis de salud mental que sigue creciendo, a pesar de los esfuerzos por reducir el estigma y fomentar un entorno de apoyo.

Bajo el lema "Cambiar la narrativa", la Organización Panamericana de la Salud (OPS) resalta la urgencia de derribar las barreras sociales que rodean el tema.

Las estadísticas revelan una realidad preocupante: los hombres continúan representando el 79.4% de los casos, pero el aumento más notable se ha dado entre las mujeres, lo que refleja un cambio significativo en las tendencias demográficas.

Los adultos de mediana edad, entre 40 y 69 años, encabezan el porcentaje más alto de suicidios, con un 38%, seguidos de los adultos mayores, con un 32.8%. La situación es especialmente grave en América del Norte y el Caribe no latino, que registran las tasas más altas en la región.

En Panamá, la situación no es menos crítica. Algis Torres, director de la región de salud de Panamá Norte, explicó en detalle el impacto que el suicidio ha tenido en la comunidad, haciendo hincapié en la desintegración familiar como un factor clave detrás del aumento de los intentos de suicidio, sobre todo en los adolescentes.

“En nuestra región, los casos se concentran mayormente en jóvenes de 10 a 19 años, especialmente mujeres, quienes recurren a métodos autolesivos como una forma de expresar su desesperación”, señaló Torres.

La falta de estabilidad familiar y hogares disfuncionales, donde los niños muchas veces son dejados al cuidado de abuelos o terceros, ha generado una ola de rebeldía y aislamiento emocional entre los jóvenes. Torres enfatizó que el trabajo en salud mental dentro de los centros de salud es clave para abordar esta problemática, y subrayó la importancia de fortalecer la educación en las escuelas para prevenir más tragedias.

El Día Mundial para la Prevención del Suicidio ofrece una oportunidad para que las comunidades y los gobiernos actúen, tomando en cuenta que el suicidio es prevenible si se implementan estrategias basadas en la evidencia y se genera un entorno de apoyo.