Alertan que Panamá no tenga plan para combatir derrames

Panamá es un país se ha constituido como uno de los países marítimos más importantes en la región y a nivel mundial. Ello ha llevado a desarrollar importantes actividades marítimas en sus mares, que conllevan a hechos aislados de contaminación de sus aguas, es decir los llamados derrames de combustibles o búnker marino.

En el 2020, se registró un derrame de 250 mil galones de combustible en la entrada Pacífica del Canal de Panamá, mientras que el año pasado fue denunciado otro derrame de combustible marino que contaminó el área cerca a la Isla Taboga lo que afectó el medio marino, la actividad pesquera, comercial y de turismo, el cual fue ocasionado supuestamente por la misma barcaza responsable del primero.

Uno de los principales problemas es el de los derrames fantasmas y en el anclaje de la Bahía de Panamá, que causan con cierta frecuencia estos incidentes, siendo la Isla de Taboga una de las zonas más afectadas.

La industria marítima nacional, específicamente los armadores, y expertos internacionales advirtieron que Panamá necesita con urgencia de un plan nacional que le permita combatir eficientemente los derrames en sus aguas territoriales.

El capitán (retirado) de la armada argentina, Luis Vila advirtió que Panamá como uno de los países marítimos más importantes de la región y poseedor de un Canal Interoceánico, necesita establecer un plan nacional de contingencia para luchar contra la contaminación y los derrames en el mar, afirmó

Calificó de preocupante que Panamá, ni ninguno de los otros países Centroamérica, tenga una estrategia nacional en esta materia, lo que a su vez dificulta la implementación de un plan regional para combatir esta problemática.

De acuerdo con el Capitán una de las alternativas inmediatas es la posibilidad que de lo que recauda la Autoridad Marítima de Panamá sea destinado una partida o un porcentaje para la limpieza de los derrames fantasmas.

“Es necesario que la AMP tenga un software para saber hacia dónde se va a dirigir un derrame fantasma y que sea de beneficio de todo el sistema porque cuando tenemos información precisa de donde se va a dirigir en las 48 horas eso permite planificarse y poder controlar mejor un derrame y así los costos disminuyen y se protege más al ambiente”, dijo Vila.