Nacional - 21/10/13 - 11:03 PM

Negro, ¡No hay dolor!

Ese es el mismo Cristo por quien Deivid, de 4 años, gritaba a todo pulmón: "viva Jesús Nazareno", mientras miraba a su madre Melissa y le decía "¡no hay dolor, mami, no hay dolor!".

Por: -

Luis Batista
Especial para Crítica

Fanatismo e idolatría para los protestantes, religiosidad popular y devoción para los católicos. La fe popular por el Cristo Negro de Portobelo volvió a dejar claro anoche, que cuando se busca el milagro de lo imposible no hay límites ni para el sometimiento del cuerpo humano.
Tras aquella imagen -que no habla ni escucha, pero que les inspira y les recuerda el dolor del Cristo, que sufrió cargando la cruz a cuestas- iban miles y miles de devotos.
Ese es el mismo Cristo por quien Deivid, de 4 años, gritaba a todo pulmón: "viva Jesús Nazareno", mientras miraba a su madre Melissa y le decía "¡no hay dolor, mami, no hay dolor!".
Atrás, en medio de la incontable multitud, venía Alfonso quien le agradece a El Negro: "curó a mi hermano de la esquizofrenia"... También caminaba Leonardo, a quien lo curó y salvó de morir de leucemia...
Aunque la multitud ha disminuido en comparación de otros años -argumentan que es por el Pele Police y los operativos- llegaron miles de todos los rincones de Panamá y del mundo. Allá por las estrechas calles del histórico Portobelo se arrastraban como quienes han llegado al extremo de implorar y rogar por lo que muchos considerarían imposible. Le bailaban al ritmo de las cornetas, tambores y simulando el movimiento de las olas del mar... No les importa el qué dirán, ellos buscan un milagro y le gritan a El Negro: "no hay dolor"

 


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