Panamá y ticos pactan plan para encarar el flujo irregular de inmigrantes
La llegada masiva de cubanos en 2015 y el cierre de fronteras que ordenó Nicaragua generó una crisis humanitaria sin precedentes en Panamá y Costa Rica.
Panamá y ticos pactan plan para encarar el flujo irregular de inmigrantes
Por: Panamá / ACAN-EFE -
Los Gobiernos de Panamá y Costa Rica reafirmaron el miércoles su compromiso para tratar el creciente flujo de inmigrantes irregulares que se abren paso para llegar hasta Estados Unidos, una tarea que prevén realizarla con el máximo orden para garantizar su tránsito.
En las últimas semanas el drama de la inmigración fue retratada por el evidente número de personas que trataban de ingresar a Panamá a través de la selva del Darién, limítrofe con Colombia, en su mayoría de nacionalidad cubana y haitiana, situación que provocó una alerta entre las autoridades.
Ante esto, los gobernantes de ambas naciones acordaron reforzar el programa bilateral Flujo Controlado, con la finalidad de garantizar la atención humanitaria al migrante sin descuidar los temas inherentes a la lucha contra el tráfico de seres humanos.
Luego de que el mandatario de Panamá, Juan Carlos Varela, y el de Costa Rica, Carlos Alvarado, firmaran una declaración conjunta del II Encuentro Binacional en materia de seguridad, migración, comercio, turismo y cooperación, se refirieron a la actuación que hacen sobre el tema social.
"Los ciudadanos -de la región y extraterritoriales- tienen que cumplir con las leyes y hacer el tránsito de una forma ordenada, y controlada establecida", declaró Varela en cuanto al programa de cooperación de migración.
LEE TAMBIÉN: Confirman detención de médico acusado de abuso sexual en Bocas del Toro
Te puede interesar
Expertos abordan el tema de la corrupción a nivel regional
Millonaria suma de CSS en hipotecas genera dudas, según análisis
14 puntos críticos en Boquete
Martinelli clama por justicia: "No más persecución política"
¡Crisis del agua en Pacora y Chilibre! Intenta buscar soluciones
Manifestó que ante estos flujos mixtos y movimientos de personas de varias nacionalidades, ambos Estados aplican controles sanitarios y de seguridad, además de indicarles la responsabilidad que deben tener al ser dirigidos por un Gobierno, y que no son parte de una red de tráfico de seres humanos.
En los últimos días Panamá ha tenido que gestionar el paso de más de 700 migrantes irregulares, el 57 % cubanos y el resto de países como Haití, Camerún, Ghana, Eritrea y Etiopía, que llegaron a pie al país centroamericano y buscan pasar por la frontera de Costa Rica para seguir rumbo al norte del continente americano.
Varela expresó que los migrantes que reciben son conducidos a un pequeño albergue en la localidad costera de Puerto Obaldía o en Yaviza en la provincia de Darién, fronteriza con Colombia; luego son llevados a Costa Rica de forma ordenada previamente fichados con su identificación y huellas dactilares.
El jefe de Estado agregó que ambas naciones mantienen controles para no exponer a las personas en tránsito a los traficantes y a la población local en situaciones que perjudican la imagen del país y la economía.
Entre tanto, Alvarado destacó que el modelo implementado de flujo permite un estándar de migración segura, ordenada y registrada, que ha permitido eliminar el fenómeno del "coyotaje" o tráfico ilegal de personas.
"Nosotros creemos en el abordaje de migraciones ordenadas con el enfoque de derechos humanos, dado que en la población que transita hay menores y mujeres embarazadas", exclamó.
La llegada masiva de cubanos en 2015 y el cierre de fronteras que ordenó Nicaragua generó una crisis humanitaria sin precedentes en Panamá y Costa Rica.
En la sesión de trabajo realizada en la localidad de Boquete, en la provincia occidental de Chiriquí, los presidentes hablaron sobre la salida democrática y en base al diálogo para la crisis que atraviesa Venezuela.
Estas naciones integran el llamado Grupo de Lima, que no reconoce el segundo mandato de Maduro y piden elecciones democráticas y creíble en Venezuela.
Otro de los temas que abordaron ambos líderes fue la lucha contra el narcotráfico debido al aumento de la producción de drogas en los países vecinos, y la capacitación de las fuerzas de seguridad para intensificar su presencia en el sector Pacífico, ruta usada por las redes criminales en el trasiego de drogas.
Además, el diálogo político fue propicio para ahondar en la promoción turística conjunta como multidestino, para atraer más visitantes de Estados Unidos, Europa y Asia, y así fomentar una conectividad.
Los mandatarios también discutieron sobre la modernización de los puestos aduaneros, las relaciones comerciales, iniciativas para el Parque Nacional La Amistad, el avance del puente binacional sobre el río Sixaola y la Comisión Mixta de Cooperación.