Nacional - 26/11/13 - 04:04 PM
Ratifican proyecto para preservación de dos especies de atún
Los objetivos de esta reunión de evaluación fueron: confirmar el progreso y logros del proyecto, analizar y evaluar las consecuencias de las acciones tomadas y realizar recomendaciones para aplicar en la segunda fase de su desarrollo.
Panamá
EFE
Panamá y Japón ratificaron hoy su compromiso de preservar y desarrollar el atún de aleta amarilla y el de aleta azul, víctimas de la pesca excesiva, informaron fuentes oficiales.
Varias organizaciones gubernamentales y ambientales de Japón y Panamá firmaron los documentos por los que ratifican el acuerdo sobre los estudios comparativos del desarrollo y uso sostenible del atún de aleta amarilla y de aleta azul, con lo que culminó una reunión técnica de evaluación iniciada el pasado día 12.
En la firma y posterior rueda de prensa, celebrada en un hotel de la capital panameña, participaron la Autoridad de los Recursos Acuáticos (ARAP), la Agencia Internacional de Cooperación de Japón (JICA), en colaboración con la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT), la Universidad de Kinki de Japón y la Agencia de Ciencia y Tecnología de Japón (JST).
La especie de atún de aleta amarilla está presente en Panamá, mientras que el atún de aleta azul se encuentra en aguas del Japón, aunque son las especies que más sufren los estragos de la pesca incontrolada por el carácter migratorio de ambas, al estar presentes en varios puntos del océano Pacífico.
Amado Cano, representante de ARAP en el proyecto, explicó que los beneficios ambientales y económicos son notables en el país centroamericano, pues las técnicas aprendidas para la conservación de estos recursos pueden ser aplicadas en "otras especies comerciales en Panamá".
Los objetivos de esta reunión de evaluación fueron: confirmar el progreso y logros del proyecto, analizar y evaluar las consecuencias de las acciones tomadas y realizar recomendaciones para aplicar en la segunda fase de su desarrollo.
Por su parte, Kazumi Kobayashi, directo del JICA en Panamá, valoró los resultados obtenidos como "positivos" y admitió que la cooperación entre ambos países era necesaria, puesto que "Japón es el consumidor número uno de atún en el mundo, y Panamá es un gran exportador de atún en Centroamérica."
El proyecto se inició en abril de 2011 con una duración de cinco años, en los que JICA aporta casi cuatro millones y medio de dólares, la ARAP deberá aportar al final del proyecto casi un millón de dólares y la comisión PROATÚN (formada por el conjunto de participantes) casi tres millones de dólares", según dijo Cano en la rueda de prensa.
EFE
Panamá y Japón ratificaron hoy su compromiso de preservar y desarrollar el atún de aleta amarilla y el de aleta azul, víctimas de la pesca excesiva, informaron fuentes oficiales.
Varias organizaciones gubernamentales y ambientales de Japón y Panamá firmaron los documentos por los que ratifican el acuerdo sobre los estudios comparativos del desarrollo y uso sostenible del atún de aleta amarilla y de aleta azul, con lo que culminó una reunión técnica de evaluación iniciada el pasado día 12.
En la firma y posterior rueda de prensa, celebrada en un hotel de la capital panameña, participaron la Autoridad de los Recursos Acuáticos (ARAP), la Agencia Internacional de Cooperación de Japón (JICA), en colaboración con la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT), la Universidad de Kinki de Japón y la Agencia de Ciencia y Tecnología de Japón (JST).
La especie de atún de aleta amarilla está presente en Panamá, mientras que el atún de aleta azul se encuentra en aguas del Japón, aunque son las especies que más sufren los estragos de la pesca incontrolada por el carácter migratorio de ambas, al estar presentes en varios puntos del océano Pacífico.
Amado Cano, representante de ARAP en el proyecto, explicó que los beneficios ambientales y económicos son notables en el país centroamericano, pues las técnicas aprendidas para la conservación de estos recursos pueden ser aplicadas en "otras especies comerciales en Panamá".
Los objetivos de esta reunión de evaluación fueron: confirmar el progreso y logros del proyecto, analizar y evaluar las consecuencias de las acciones tomadas y realizar recomendaciones para aplicar en la segunda fase de su desarrollo.
Por su parte, Kazumi Kobayashi, directo del JICA en Panamá, valoró los resultados obtenidos como "positivos" y admitió que la cooperación entre ambos países era necesaria, puesto que "Japón es el consumidor número uno de atún en el mundo, y Panamá es un gran exportador de atún en Centroamérica."
El proyecto se inició en abril de 2011 con una duración de cinco años, en los que JICA aporta casi cuatro millones y medio de dólares, la ARAP deberá aportar al final del proyecto casi un millón de dólares y la comisión PROATÚN (formada por el conjunto de participantes) casi tres millones de dólares", según dijo Cano en la rueda de prensa.