La vida simple en cuarentena
Nuestra propia naturaleza nos hace ensimismados al mismo tiempo que tendemos a tomar todo por sentado, una ida al parque nunca sonó como algo extraordinario hasta ahora...
La vida simple en cuarentena
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Por: Gabriela Arosemena Montenegro / Twitter: @Gabby_Aro -
La situación que se vive actualmente a nivel mundial producto de la pandemia COVID-19 está lejos de ser denominada “simple”, algunas cosas que nos ha traído esta cuarentena probablemente lo sean, simples y también ventajas colaterales producto de la medida de prevención implementada por el estado panameño. En mi caso, puedo decir que mi cabello no extraña para nada la invasión constante de calor y químicos que en la sociedad actual son casi que obligatorios al igual que mi rostro no extraña para nada el maquillaje ni el ‘cuasi-ritual’ de todas las noches de tener que desmaquillarlo, ya mis pies no sufren por las largas horas de tacones y mis uñas finalmente respiran de esas gruesas capaz de esmalte que cada semana las recubren.
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Son tiempos difíciles para el país, la creciente tasa de contagios y decesos por el Coronavirus, la fuerza pública en la lucha por mantener a la población bajo el estricto cumplimiento de la norma de resguardo, asimismo el personal de salud que día a día exponen su propia vida para salvaguardar la de otros, es cuando menos de admirar; por lo que lo mínimo y a la vez más grande aporte que podemos hacer el resto es colaborar con las autoridades seguir las recomendaciones de quedarse en casa y lavarse las manos constantemente, guardar distancia los unos de los otros y es quizás en esa distancia, en esa falta de contacto que podremos contemplar y agradecer realmente cuan afortunados somos y mucho más seremos cuando esto pase.
Nuestra propia naturaleza nos hace ensimismados al mismo tiempo que tendemos a tomar todo por sentado, una ida al parque nunca sonó como algo extraordinario hasta ahora; abrazar a nuestros padres, hermanos y hermanas, amigos y amigas y el resto de nuestras personas más allegadas nunca se sintió tan privilegiado como se siente ahora, incluso atreverse a hacer cosas que siempre pensamos se podrían dejar “para después”, creo que una situación como la que estamos viviendo nos enseña que el “después” no es certero; el mundo cambia y nosotros con él nos guste o no; vivir el hoy, hacer y dar lo mejor de nosotros es lo único que verdaderamente nos queda.