Principio
La solicitud de Panamá de convocar una reunión de la Organización de Estados Americanos (OEA) ha sido una postura de principios y no de intervencionismo,
La solicitud de Panamá de convocar una reunión de la Organización de Estados Americanos (OEA) ha sido una postura de principios y no de intervencionismo, como ha querido hacer ver el Gobierno venezolano y algunos de sus aliados del PRD.
Al parecer, las autoridades del país sudamericano no han logrado comprender que la antigua posición de Estados Unidos de imponer sus intereses en la región ha quedado atrás en un mundo globalizado y cada vez más competitivo.
Quienes tengan edad suficiente recordarán aquella frase que decía que “La OEA es un ministerio del Departamento de Estado”; sin embargo, en Venezuela existe una situación que no es normal donde, si bien es cierto el chavismo miró hacia los sectores excluidos, existe un grupo ideológicamente opuesto que se siente marginado.
En el conflicto diplomático y comercial surgido entre Panamá y Venezuela, nadie ha dudado de la legitimidad del presidente Nicolás Maduro, pero sí se ha clamado por la búsqueda de un espacio para el diálogo entre todas las fuerzas sociales y políticas de su país.
En medio de este marco de situaciones conflictivas, es interesante ver cómo los actores principales de la crisis de finales de la década de los ochenta en Panamá, enfrentaron eventos muy parecidos y no quisieron optar por la salida dialogada, considerando ahora que es precisamente esta, la iniciativa que debe imponerse.
Debemos destacar que, a pesar de todos los señalamientos del presidente Nicolás Maduro, su llamado al diálogo tiene afinidad con la posición de Panamá ante la OEA.
Consideramos que el problema del mandatario venezolano es hacer caso a los chismes de los opositores panameños que, en su momento, se dedicaron a llevar esos mismos cuentos a la Embajada estadounidense, tal como quedó establecido en los llamados Wikileaks.