Principios de salud mental
HAY QUE SER COMO NIÑOS PARA QUE EL REINO DE DIOS SE HAGA PRESENTE, dice Jesús. Contempla a los niños jugando, tomando con toda seriedad la
HAY QUE SER COMO NIÑOS PARA QUE EL REINO DE DIOS SE HAGA PRESENTE, dice Jesús. Contempla a los niños jugando, tomando con toda seriedad la diversión, enfocando la atención en algo sencillo: un carrito tirado por una cuerda o un avioncito levantado con sus manitas junto a una florida imaginación de naves espaciales surcando el cielo o de héroes con grandes corazas luchando contra monstruos.
ESTAR ANCLADO EN EL PRESENTE ES UN PRINCIPIO DE SALUD MENTAL, y además es lo único que en verdad tenemos. El recuerdo obsesivo del pasado, con toda su carga de remordimientos, frustraciones y resentimientos enferma el alma.
BIENAVENTURADOS LOS LIMPIOS DE CORAZÓN, PORQUE VERÁN A DIOS. Si queremos contemplar al Ser Divino, al Señor que habita en nosotros, tenemos que limpiar el espejo que refleja la belleza de Dios.
TENER EL CORAZÓN LIMPIO DE TODO AFECTO DESORDENADO como la codicia, avaricia, celos, lujuria, odio, venganza, soberbia, nos permite contemplar la belleza de nuestra alma, en la que se refleja como en un espejo la presencia del Señor. A Dios no podemos verlo tal y cual es en la tierra, porque moriríamos inmediatamente.
RECUPERAR LA INOCENCIA PERDIDA, volver a ser como niños, es igual a convertirse, a llenarse de Dios y encontrar la paz que experimentábamos cuando éramos arrullados por el canto de la madre y acurrucados en sus brazos. Se vivía en el presente y no existían en el alma esos juicios condenatorios y esa morbosidad con que nos contaminó el mundo. Por eso perdimos la paz del alma. Ser como niños nos hace dóciles al Espíritu, sencillos y austeros, transparentes y sin complicaciones, auténticos y alertas a todo lo que presenta “el ahora”. Ser como niños nos devuelve la paz y la cordura perdidas y con Dios eso es posible, ya que con Él somos invencibles.