Sucesos - 14/10/24 - 05:00 PM

Tren de Aragua en Panamá: Megabanda que pone en jaque la seguridad

Nadie está a salvo de su red de violencia, extorsión, y tráfico de personas. Según el exvicepresidente de Colombia, Óscar Naranjo, es “la organización criminal más disruptiva que opera hoy en día en América Latina", y lo llaman "el monstruo de mil cabezas".

 

Por: Redacción / Web -

El Tren de Aragua, una de las organizaciones criminales más temidas en América Latina, ha puesto su mirada en Panamá. El presidente José Raúl Mulino confirmó que el grupo criminal  ya está operando en el país y las bandas locales trabajan para esta organización.

Mulino indicó que la presencia del Tren de Aragua en el país, es resultado directo de la falta de un plan de seguridad en los últimos dos gobiernos, indicó en una entrevista con Telementro.

"Lo que pasó es la consecuencia que estamos pagando de un gobierno que decidió pagar en la pandilla en un plan de seguridad (Juan Carlos Varela) y otro que no hizo absolutamente nada porque se sentó a esperar a que operaran (Laurentino Cortizo)", declaró Mulino, enfatizando la gravedad de la situación.

No es la primera vez que las alarmas se encienden sobre el Tren de Aragua en Panamá.  El exministro de Seguridad, Juan Manuel Pino, informó a principios de este año que miembros del Tren de Aragua había intentado infiltrarse en el flujo migratorio que atraviesa Panamá. Aunque algunos fueron deportados, el grupo sigue activo en el país-

Por su parte, un analista en seguridad también indicó que "el Consejo de Seguridad subestimó el poder de este grupo, y ahora lo tenemos aquí, operando con fuerza".  Y, de operar en zonas estratégicas como San Miguelito o Panamá Oeste. podría crear desestabilización en el país.

"Panamá ha recibido múltiples alertas sobre la infiltración de este grupo criminal, pero la falta de acción ha permitido que su presencia se consolide en el país", dijo. 

Para este estratega, el grupo es respaldado por el gobierno de Nicolás Maduro. "Este es el brazo proxy del régimen venezolano, usan el crimen organizado para desestabilizar y extorsionar", explicó.

EL TREN DE ARAGUA 


El terror tiene nombre y apellido en América Latina: El Tren de Aragua. Lo que comenzó como un grupo de matones en Venezuela, ahora es una organización criminal despiadada que se expande a lo largo de todo el continente, y hasta Estados Unidos.

Nadie está a salvo de su red de violencia, extorsión, y tráfico de personas. Según el exvicepresidente de Colombia, Óscar Naranjo, este grupo es “la organización criminal más disruptiva que opera hoy en día en América Latina", y lo llaman "el monstruo de mil cabezas".

El origen de la pesadilla
Nacida en las entrañas de la prisión de Tocorón, en el estado Aragua, Venezuela, esta pandilla arrancó como una simple mafia de extorsionistas dentro de un sindicato local. Pero lo que parecía una operación de bajo nivel pronto mutó en una de las mafias más peligrosas del continente. El "Niño Guerrero", alias de Héctor Guerrero Flores, es el pran detrás de esta bestia que se expande como un virus desde las prisiones venezolanas, controlando desde las sombras a miles de delincuentes.

Con más de una década de terror, la organización se ha apoderado de sectores enteros en Venezuela. Pero su ambición no tiene fronteras: han llevado su reino del miedo a países como Colombia, Chile, Bolivia, Perú, y, ahora Panamá.

El tren de la muerte se internacionaliza
Los tentáculos del Tren de Aragua no se conforman solo con Venezuela. En Colombia, están en plena guerra con el ELN por el control de la frontera, donde trafican de todo: drogas, armas, y personas. En el norte de Santander, las autoridades han descubierto cómo estos delincuentes manejan redes de tráfico sexual, explotando a migrantes venezolanos que huyen del caos de su país.

El periodista Luis Izquiel afirma que esta megabanda no se detiene en un solo crimen: “Ellos están donde haya oportunidad: narcotráfico, minería ilegal, secuestros, trata de personas... Todo lo que les dé dinero rápido y poder, ellos lo controlan”.

¿Y ahora están en Estados Unidos?
Sí, el Tren de Aragua llegó a EE.UU., y no solo para pasear. Las autoridades locales y federales han empezado a notar la huella de esta pandilla en crímenes que antes parecían aislados: un misterioso asesinato en Florida, redes de prostitución forzada, y hasta ataques a policías en Nueva York. La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza y el FBI ya tienen a este grupo en su radar, y varios congresistas republicanos están exigiendo que se declare formalmente como una organización criminal transnacional.

No está claro cuántos miembros del Tren de Aragua operan en Estados Unidos, pero su presencia ya inquieta a las autoridades. Son expertos en traficar migrantes y convertir la desesperación en su arma más letal.

Una red criminal adaptable y letal
A diferencia de otros grupos delictivos, el Tren de Aragua no se especializa en un solo negocio. Esta banda tiene una habilidad camaleónica para adaptarse a lo que le conviene en cada territorio. Ronna Rísquez, autora del libro El Tren de Aragua, describe cómo su capacidad para aprovechar cada oportunidad los hace casi imparables. "No tienen las armas ni la experiencia de los carteles mexicanos o las FARC, pero se adaptan rápido y saben explotar brechas", señala.

Desde el cobro de extorsiones en las cárceles venezolanas, hasta el control de rutas de tráfico de drogas y personas en Colombia, la brutalidad de esta banda ha alcanzado niveles alarmantes. Se estima que cuentan con entre 2,500 y 5,000 miembros en sus filas, y su influencia sigue creciendo como una plaga que infecta todo a su paso.

Una lucha por el control del terror
El Tren de Aragua no solo enfrenta a las autoridades; también combate con otros grupos criminales por el control de territorios estratégicos. En la frontera entre Venezuela y Colombia, la disputa con el ELN es feroz. Los enfrentamientos por el tráfico ilegal de minerales y el control de las rutas de contrabando han dejado una estela de muerte y destrucción.

Los gobiernos de América Latina están en alerta máxima, pero parece que nadie puede detener el tren de la muerte que sigue avanzando, sin frenos, a lo largo del continente.


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