El cuerpo, su arma de trabajo
Para las chicas, Julián Javier Torres es todo un bombón, además de ser lujuriado por estas, pero detrás de este bailarín de Joey Montana hay muchos planes en mente, pues asegura que sus aspiraciones no tienen límite y le encanta afrontar retos.
Nacido en el distrito de San Miguelito, Torres confiesa ser un apasionado de la tecnología y el deporte, además, su cuerpo es su arma de trabajo.
Julián Torres es un chico que desde muy pequeño se interesó en el deporte y era muy hiperactivo. Su personalidad era introvertida y de mucha inocencia. Le gusta superar sus expectativas y siempre ha pensado que su competencia es él mismo.
Me describo como una persona proactiva, liberal, independiente, pero sobre todo muy enfocada en lo que desea lograr.
Es una historia muy extraña. Recuerdo cuando estaba en quinto año de la secundaria, en el colegio se realizaba el Día de los Valores, y cada grupo tenía que realizar una coreografía representando un valor; en mi grupo los hombres decidimos bailar “passa passa” que en ese tiempo estaba muy de moda en Panamá, pero las chicas necesitaban chicos para la coreografía, y bueno, “obligado” participé, ya que no sabía bailar, y de allí nuestro coreógrafo me dijo que tenía talento y que podía probar suerte en alguna academia.
Tengo aproximadamente tres años de trabajar con Joey Montana, llegué a ser bailarín de él, ya que exactamente hace 3 años ingresé a la academia Let´s Go 507, y gracias a mi esfuerzo y a la oportunidad que me brindó Jair Velázquez (dueño y coreógrafo de Let´s Go) logré una de mis metas, la cual era bailar para un artista de talla internacional.
Normalmente dedico una hora diaria, seis días de la semana a darle amor a mi cuerpo, ya que es mi arma de trabajo. Aparte que me encanta el mundo fitness.
Sí me considero inteligente, ya que en mi punto de vista para todo aspecto uno debe utilizar la inteligencia, incluso para cómo lograr un buen cuerpo, cómo sobrevivir, convivir con los demás y sobre todo cómo lograr las metas.