Crece presión sobre líder catalán a proclamar independencia
La vicepresidenta del gobierno español acusó al presidente catalán Carles Puigdemont de crear una incertidumbre económica tal que podría generar una recesión y por provocar una caída en el turismo.
El presidente de Cataluña afrontaba este viernes presiones crecientes del sector más intransigente del movimiento separatista para que declarara de una vez por todas la independencia de la región española. Por el otro lado, Madrid y la Unión Europea quieren que abandone totalmente los planes secesionistas.
La vicepresidenta del gobierno español acusó al presidente catalán Carles Puigdemont de crear una incertidumbre económica tal que podría generar una recesión y por provocar una caída en el turismo. Añadió que el gobierno central estudia reducir el pronóstico de crecimiento para 2018 si continúa el enfrentamiento.
El gobierno central ha dado a Puigdemont hasta el lunes para que aclare si de verdad declaró la independencia en su discurso y hasta el 19 de octubre para acatar la ley, bajo pena de quitarle a la región sus poderes autónomos, de forma total o parcial.
Según Madrid, basta que Puigdemont pronuncie una de dos palabras. "Es un sí o no", dijo la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría a la prensa luego de la reunión semanal de gabinete.
Añadió que "está en manos de Puigdemont" evitar las medidas extraordinarias de suspender total o parcialmente la autonomía catalana. Además de España, dos aliados clave de Puigdemont le pidieron que ignorara las amenazas de España y proclamara la república.
En un esperado discurso ante el Parlamento regional, Puigdemont dijo el martes que Cataluña procedería con una declaración de independencia tras el referéndum del 1 de octubre.
Sin embargo, de inmediato propuso suspender su aplicación durante unas semanas para explorar la posibilidad de diálogo y mediación con el gobierno de España. La maniobra decepcionó a algunos independentistas acérrimos.
España considera el referéndum ilegal e inconstitucional y afirma que sus resultados no son válidos. El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, ha rechazado toda posibilidad de diálogo a menos que Puigdemont dé marcha atrás, regrese a "la legalidad" y renuncie a la independencia. También ha dicho que España no necesita la participación de mediadores internacionales.
El partido catalán CUP, independentista y de ultraizquierda, dijo en una carta con fecha del viernes que Puigdemont debería ignorar la advertencia del gobierno español, levantar la suspensión y proclamar la independencia de forma definitiva.
La Assemblea Nacional Catalana, o ANC, un grupo civil que organizó grandes protestas en apoyo de la secesión, también emitió un breve comunicado con un mensaje similar.
"No tiene sentido mantener la suspensión de la declaración de independencia" dado el rechazo de Madrid al diálogo, afirmó la ANC.
También algunos políticos de los dos partidos en la coalición de gobierno han expresado opiniones similares en medios sociales y sólo unos pocos han llamado a la calma. El gobierno catalán no ha dado pistas de sus próximos pasos.
La tensión por el sentimiento separatista en la región creció durante años hasta estallar el 1 de octubre, cuando líderes catalanas celebraron el disputado referéndum pese a que había sido suspendido por el máximo tribunal español y a la férrea oposición del gobierno de España.
Unos 2,3 millones de catalanes _el 43% del electorado_ votaron en medio de una violenta operación policial para impedir la consulta. El gobierno catalán afirma que el 90% votó a favor de la secesión y declaró válidos los resultados. Los partidos contrarios a la independencia boicotearon la votación.