Mundo - 24/12/13 - 08:52 AM
Panetón, icono navideño en Perú
"El panetón milanés (biscocho achatado) no tuvo acogida, por eso se cambió al pan dulce con forma acampanada y ese quedó hasta ahora", añadió.
Lima
EFE
El panetón, con sus diferentes variedades, sabores y presentaciones, se ha convertido en los últimos años en el protagonista más importante de la mesa navideña en Perú, donde se consumen millones de estos panes dulces de origen italiano.
Los peruanos han adoptado con tanto gusto este tradicional dulce (un pan dulce con frutas confitadas y pasas) que son los mayores consumidores en el mundo después de los italianos, superando incluso a Brasil, el país más grande de Sudamérica, según señalan expertos en el asunto.
Se estima que este año, en Perú se consumirán unos 30 millones de de ellos, con lo que se seguirá la tendencia del año pasado, que determinó que cada peruano come un kilo de este dulce tradicional.
Un estudio, realizado por la empresa Panetones DOnofrio, una de las marcas más antiguas en el mercado peruano, reveló que para el consumidor nacional este pan dulce representa a "un ser muy querido en el hogar", por lo que su presencia en las fiestas navideñas es "indispensable".
La presidenta de la Asociación de descendientes italianos en Perú, Vanessa Mendoza, declaró a Efe que este artículo nació en la ciudad de Milán hace unos 500 años y hace aproximadamente un siglo llegó a Perú junto con los primeros inmigrantes italianos, quienes lo trajeron como parte de su tradición navideña.
"Fueron los comerciantes genoveses los que trajeron la receta del panetón a Perú", precisó Mendoza, quien aclaró que la receta original se modificó en el país andino.
"El panetón milanés (biscocho achatado) no tuvo acogida, por eso se cambió al pan dulce con forma acampanada y ese quedó hasta ahora", añadió.
Estos alimentos "se vendían en las bachiches (como se conocía a los negocios pequeños de los barrios de la época), por eso se pudo adoptar más rápido", dijo.
Fue en 1950 que se dio el gran salto hacia la industrialización, gracias a los italianos Angelo Motta y Gino Alemagna, unos empresarios que encontraron una oportunidad en el mercado local de los panes dulces.
"Con la industrialización del panetón se empezó a usar insumos nacionales, en el caso de la harina, ya no era la italiana con la que se elaboraba el artesanal, por ejemplo", comentó Mendoza.
Hoy, en Perú existen aproximadamente 60 marcas, entre industriales y artesanales, y se considera que el sector crece a un ritmo de cinco por ciento cada año.
El mundo de los panetones en el país es extenso y variado, y el tradicional pan con frutas confitadas y pasas se consume, sobre todo, en Lima, mientras que en las provincias se elaboran panetones con otros tipos de harina y sabores a frutas como naranja, plátano o manzana.
En la región Huancayo, al este de Lima, la masa se prepara con harina de papa y tradicional, pasas, frutas y un poco de kion o jenjibre, mientras que en otras regiones cercanas se le agrega camote o zanahoria.
Si bien no existen panetones dietéticos, algunas empresas han optado por ofrecer los de tipo "integral", que se preparan con avena y granos andinos muy nutritivos, como la quinua y la kiwicha como insumo principal.
El estudio "Hábitos y costumbres del consumo de panetón en Lima Metropolitana", publicado este mes por la carrera de mercadeo de la Universidad San Ignacio de Loyola (USIL), indicó que el consumo de este dulce en las familias limeñas ha variado.
Las marcas "blancas" (que se venden en los supermercados) empiezan a ganar terreno frente a las tradicionales, porque son percibidas como productos de calidad al tener el respaldo de supermercados conocidos, así como por sus precios más accesibles, indicó Jaime Briceño, investigador del estudio.
Sin embargo, los tradicionales, como DOnofrio, Todinno y Gloria, ocupan los tres primeros lugares en ser recordados, pero marcas nuevas como Metro y Tottus, por el nombre de los supermercados, ocupan el cuarto y quinto lugar respectivamente, según el estudio.
El informe revela que el consumo de este tradicional pan dulce ha dejado de ser patrimonio exclusivo de la época navideña, ya que el 32 % de las familias limeñas lo come también durante las fiestas de la Independencia nacional (28 y 29 de julio) y el 6 % de las mesas peruanas lo tiene en cualquier momento del año.
EFE
El panetón, con sus diferentes variedades, sabores y presentaciones, se ha convertido en los últimos años en el protagonista más importante de la mesa navideña en Perú, donde se consumen millones de estos panes dulces de origen italiano.
Los peruanos han adoptado con tanto gusto este tradicional dulce (un pan dulce con frutas confitadas y pasas) que son los mayores consumidores en el mundo después de los italianos, superando incluso a Brasil, el país más grande de Sudamérica, según señalan expertos en el asunto.
Se estima que este año, en Perú se consumirán unos 30 millones de de ellos, con lo que se seguirá la tendencia del año pasado, que determinó que cada peruano come un kilo de este dulce tradicional.
Un estudio, realizado por la empresa Panetones DOnofrio, una de las marcas más antiguas en el mercado peruano, reveló que para el consumidor nacional este pan dulce representa a "un ser muy querido en el hogar", por lo que su presencia en las fiestas navideñas es "indispensable".
La presidenta de la Asociación de descendientes italianos en Perú, Vanessa Mendoza, declaró a Efe que este artículo nació en la ciudad de Milán hace unos 500 años y hace aproximadamente un siglo llegó a Perú junto con los primeros inmigrantes italianos, quienes lo trajeron como parte de su tradición navideña.
"Fueron los comerciantes genoveses los que trajeron la receta del panetón a Perú", precisó Mendoza, quien aclaró que la receta original se modificó en el país andino.
"El panetón milanés (biscocho achatado) no tuvo acogida, por eso se cambió al pan dulce con forma acampanada y ese quedó hasta ahora", añadió.
Estos alimentos "se vendían en las bachiches (como se conocía a los negocios pequeños de los barrios de la época), por eso se pudo adoptar más rápido", dijo.
Fue en 1950 que se dio el gran salto hacia la industrialización, gracias a los italianos Angelo Motta y Gino Alemagna, unos empresarios que encontraron una oportunidad en el mercado local de los panes dulces.
"Con la industrialización del panetón se empezó a usar insumos nacionales, en el caso de la harina, ya no era la italiana con la que se elaboraba el artesanal, por ejemplo", comentó Mendoza.
Hoy, en Perú existen aproximadamente 60 marcas, entre industriales y artesanales, y se considera que el sector crece a un ritmo de cinco por ciento cada año.
El mundo de los panetones en el país es extenso y variado, y el tradicional pan con frutas confitadas y pasas se consume, sobre todo, en Lima, mientras que en las provincias se elaboran panetones con otros tipos de harina y sabores a frutas como naranja, plátano o manzana.
En la región Huancayo, al este de Lima, la masa se prepara con harina de papa y tradicional, pasas, frutas y un poco de kion o jenjibre, mientras que en otras regiones cercanas se le agrega camote o zanahoria.
Si bien no existen panetones dietéticos, algunas empresas han optado por ofrecer los de tipo "integral", que se preparan con avena y granos andinos muy nutritivos, como la quinua y la kiwicha como insumo principal.
El estudio "Hábitos y costumbres del consumo de panetón en Lima Metropolitana", publicado este mes por la carrera de mercadeo de la Universidad San Ignacio de Loyola (USIL), indicó que el consumo de este dulce en las familias limeñas ha variado.
Las marcas "blancas" (que se venden en los supermercados) empiezan a ganar terreno frente a las tradicionales, porque son percibidas como productos de calidad al tener el respaldo de supermercados conocidos, así como por sus precios más accesibles, indicó Jaime Briceño, investigador del estudio.
Sin embargo, los tradicionales, como DOnofrio, Todinno y Gloria, ocupan los tres primeros lugares en ser recordados, pero marcas nuevas como Metro y Tottus, por el nombre de los supermercados, ocupan el cuarto y quinto lugar respectivamente, según el estudio.
El informe revela que el consumo de este tradicional pan dulce ha dejado de ser patrimonio exclusivo de la época navideña, ya que el 32 % de las familias limeñas lo come también durante las fiestas de la Independencia nacional (28 y 29 de julio) y el 6 % de las mesas peruanas lo tiene en cualquier momento del año.