Raúl Castro deja presidencia de Cuba
Se espera que con el fin del mandato de Raúl Castro se de una nueva era en los Derechos Humanos
Amnistía Internacional (AI) confió hoy en que la llegada de un nuevo liderazgo a Cuba abrirá espacios de diálogo, un primer paso para resolver restricciones sobre libertad de expresión y asociación en la isla que repercutirán en otras áreas de los derechos humanos.
El 19 de abril terminará el mandato de Raúl Castro como presidente de Cuba y todo apunta a que su lugar será ocupado por el primer vicepresidente Miguel Díaz-Canel, un ingeniero de 57 años en el que están puestas las esperanzas de un posible cambio y apertura.
"Si se pueden resolver las restricciones que hemos visto, por más de 50 años, sobre libertad de expresión y asociación, veremos avances en otras áreas de derechos humanos", explicó en entrevista a Efe Louise Tillotson, investigadora para el Caribe de AI, este lunes, día en el que se publicó el informe "Transformar el enfrentamiento en diálogo. Una agenda de derechos humanos para Cuba".
La investigadora señaló que AI tiene "la esperanza de que este cambio en el liderazgo de Cuba, significativo a nivel simbólico e histórico, sea una oportunidad para amplificar el diálogo entre todas las voces".
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Calificó la transición como "una oportunidad histórica" para transformar en un diálogo lo que ha sido tradicionalmente una confrontación.
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Recordó que la ONG que representa tiene más de 50 años documentando restricciones a la libertad de expresión en la isla, las cuales han ido cambiando, y explicó que en los últimos años se ha hecho uso del Código Penal como una forma represiva, con artículos que no son consistentes con normas internacionales.
Se suman ello las detenciones arbitrarias de corto plazo de personas que son percibidas como opositoras y el control que tiene el Estado sobre el sector laboral para acallar las voces criticas y los despidos injustificados, con poca posibilidad de apelar, agregó.
Señaló que Cuba es uno de los pocos países en los que no se puede realizar activismo o trabajo en derechos humanos, porque grupos independientes, sindicatos y grupos de la sociedad civil "no pueden registrarse a nivel legal y los que logran ese diálogo enfrentan hostigamiento".
Aceptó que en los últimos años AI ha visto "cierta apertura" y "algunos cambios" pero "es difícil saber si son estructurales".
Subrayó que en 2017 Cuba permitió dos visitas de relatores de la ONU, "un paso importante", mientras que en 2015 hubo una visita de la Cruz Roja Internacional "pequeñas señales de que tal vez habrá una mayor apertura".
Sin embargo, AI no ha podido entrar a la isla y su solicitud más reciente data de 2016.
La investigadora explicó que el monitoreo por parte de organizaciones independientes de derechos humanos "no es algo para ponerse a la defensiva sino algo constructivo" y esa "falta de transparencia" que existe en Cuba "en todos los sentidos" podría ser remediada mediante una ley de acceso la información pública.