Mundo - 13/6/14 - 08:48 PM

Siete heridos durante protesta

Una protesta que tuvo lugar en São Paulo, y que comenzó de forma pacífica, acabó ensombreciendo parte del ambiente festivo que se vivía en la capital paulista

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São Paulo /EFE

Una protesta que tuvo lugar en São Paulo, y que comenzó de forma pacífica, acabó ensombreciendo parte del ambiente festivo que se vivía en la capital paulista con motivo de la inauguración del Mundial de Fútbol Brasil 2014.

Un centenar de trabajadores del metro de São Paulo se encontraban reunidos en la sede del sindicato para reclamar la readmisión de 42 empleados que fueron despedidos, cuando un grupo de jóvenes, la mayoría vestidos de negro y encapuchados, se sumó a la concentración.

Los jóvenes habían sido dispersados previamente por la Policía en una concentración próxima contra la organización del Mundial, por lo que decidieron juntarse con los empleados del metro, que se encontraban reunidos en la zona este de la capital paulista, a unos 4 kilómetros de distancia del estadio inaugural Arena Corinthians.

Ante la llegada de unidades de la Policía Militarizada (PM), la tensión comenzó a aumentar y varios manifestantes corrieron para coger bolsas de basura con las que crearon barricadas de fuego a pocos metros de distancia de una gasolinera.

La Policía intentó dispersar a los manifestantes con bombas de gas lacrimógeno y pelotas de goma, lo que provocó al menos siete heridos, según las autoridades.

“Las tropas de choque comenzaron a avanzar y tiraron bombas de gas. La carcasa golpeó contra mi brazo y me hirió. Conseguimos escapar de tres bombas que explotaron muy cerca de nosotros”, comentó Fernanda Valerio, quien asistió a la manifestación para protestar contra los elevados gastos del Mundial.

Durante la confusión, un grupo intentó refugiarse dentro de un bar, pero los gases lacrimógenos entraron en el local y algunas personas, incluidos niños, sufrieron problemas respiratorios, según se pudo constatar.

“La situación es de caos, estamos en un lugar cerrado, la Policía lanzando bombas (de gas) y con niños aquí. La sensación es de caos”, dijo Roberto Guimaraes, sorprendido cuando tomaba un café.


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