¡Gran error pensar que no necesitamos a Dios!

¡Gran error pensar que no necesitamos a Dios!

¡Gran error pensar que no necesitamos a Dios!

Por: Redacción / Crítica Impreso -

El arzobispo de Panamá, monseñor José Domingo Ulloa Mendieta -durante su homilía dominical- destacó que nuestra gran equivocación es pensar que no necesitamos de Dios..creer que nos basta con un poco más de bienestar, un poco más de dinero, de salud, de suerte, de seguridad... luchamos por tenerlo todo. Todo menos Dios"

Sin embargo, monseñor indicó que en la Navidad, Dios se acerca a cada hombre, rico o pobre, sabio o necio, sano o enfermo. Se acerca a cada uno y le propone un camino de felicidad verdadera.

Monseñor indicó que todavía a 2,000 años de este acontecimiento, muchos no pueden sospechar que la Navidad ofrece la clave para descifrar el misterio último de nuestra existencia.

Frente a eso, el prelado expresó que ya no estamos perdidos en nuestra inmensa soledad. No estamos sumergidos en pura tiniebla. Él está con nosotros. Hay una luz. Ya no somos solitarios, sino solidarios.

Ulloa expresó que generación tras generación, los seres humanos han gritado angustiados sus preguntas más hondas. ¿Por qué tanta frustración? ¿Por qué la muerte, si hemos nacido para la vida? Pero Dios guardaba un silencio impenetrable.

Sin embargo -añadió el prelado- "en la Navidad, Dios ha hablado. Tenemos ya su respuesta. No nos ha hablado para decirnos palabras hermosas sobre el sufrimiento, más bien vino a sufrir con nosotros, a padecer nuestra impotencia".

El guía de los católicos panameños sostuvo que la Navidad encierra un secreto que, desgraciadamente, escapa a muchos de los que en esas fechas celebran "algo" sin saber exactamente qué".

Ulloa dijo que desde el silencio misterioso del portal de Belén hoy Dios nos habla al corazón y nos dice: "No tengas miedo, no te asustes, no he venido a juzgarte, he venido como un hermano a compartir tu vida, tu alegría, tu esperanza, tu sufrimiento y tu muerte

Todavía a 2000 años de este acontecimiento muchos no pueden sospechar que la Navidad ofrece la clave para descifrar el misterio último de nuestra existencia»

La Navidad lo cambia todo. Dios mismo ha entrado en nuestra vida. Es posible vivir con esperanza. Dios comparte nuestra vida, y con él podemos caminar hacia la salvación. Por eso la Navidad es siempre para los creyentes una llamada a renacer, añadió el arzobispo.

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