Canto de cristal
Nació en Toulouse, Francia, el 11 de diciembre de 1890, pero su madre soltera, en busca de una vida mejor, se radicó dos años después en Buenos
Nació en Toulouse, Francia, el 11 de diciembre de 1890, pero su madre soltera, en busca de una vida mejor, se radicó dos años después en Buenos Aires, Argentina. De ahí que aquel niño de origen francés llegara a convertirse en un verdadero mito porteño.
Coronado en Madrid, Barcelona y París como «el monarca indiscutible del tango», el 20 de marzo de 1935, Carlos Gardel anunció en Nueva York: «Estoy ahora... registrando las canciones de “El día que me quieras”, la película que quiero de todo corazón y que dedico a los amigos de España y de la América Latina.» El día anterior había grabado la canción que la película lleva por título, compuesta por su amigo Alfredo Le Pera a modo de paráfrasis del poema homónimo del autor mexicano Amado Nervo. Ochenta y cinco días después, el 24 de junio, durante su gira artística, Gardel y Le Pera habrían de morir en un accidente aéreo en Medellín, Colombia.
He aquí la versión original de la canción «El día que me quieras»:
Acaricia mi ensueño el suave murmullo de tu suspirar.
¡Cómo ríe la vida si tus ojos negros me quieren mirar!
Y si es mío el amparo de tu risa leve, que es como un cantar,
ella aquieta mi herida: todo, todo se olvida.
El día que me quieras, la rosa que engalana
se vestirá de fiesta con su mejor color;
y al viento las campanas dirán que ya eres mía,
y locas las fontanas se contarán tu amor.
La noche que me quieras, desde el azul del cielo
las estrellas celosas nos mirarán pasar;
y un rayo misterioso hará nido en tu pelo,
luciérnaga curiosa que verá que eres mi consuelo.
El día que me quieras, no habrá más que armonías,
será clara la aurora y alegre el manantial;
traerá quieta la brisa rumor de melodías,
y nos darán las fuentes su canto de cristal.
El día que me quieras,
endulzará sus cuerdas el pájaro cantor;
florecerá la vida, no existirá el dolor.
No ha de sorprender a nadie que esta canción haya ocupado el puesto número 16 en nuestra encuesta «Su canción popular favorita». En cambio, a muchos sí ha de sorprenderles que Dios nos haya dedicado a todos una canción, su obra más vigente, que dice así: «El día que me quieras, me alegraré con mis ángeles y haré que florezca tu vida.» Dios quiere más que nada que lo amemos más que a nadie. Por eso dijo Jesucristo que cuando alguien se vuelve a Dios, hay fiesta en el cielo.