Debates
La participación de los candidatos presidenciales en debates con moderadores imparciales y sin la intención de generar encerronas a los participantes, es algo necesario en toda campaña política.
Una entidad reconocida como el Tribunal Electoral o la Cámara de Comercio pueden ser garantes para desarrollar ese tipo de encuentro entre las figuras que aspiran a dirigir los destinos de Panamá.
Los directores de ninguna campaña son tan tontos para acudir a un debate donde se llevan turbas para aplaudir o abuchear. Ese tipo de eventos deben tener reglas claras aprobadas y respetadas por todos los participantes.
La figura que sirva de moderador debe también garantizar una imparcialidad para que no sea vetado por algunos de los candidatos. El evento debe ser transmitido por el mayor número de televisoras, estaciones de radios y otros medios que deseen sumarse a la señal original.
Cada aspirante a la Presidencia de la República debe tener capacidad y conocimiento de los principales problemas económicos, sociales y políticos que enfrentan Panamá y al menos debe contar un esbozo de cómo pretende resolverlos de llegar al poder.
Señores el país requiere debate, no llevar a un determinado candidato al matadero y tratar de llevar la idea preconcebida de meterle zancadillas para hacerlo quedar mal o introducir barras al escenario, porque entonces, más que debate, la discusión se convertiría en circo.