Opinión - 26/10/13 - 12:33 AM

Investigación

El director de la Policía Nacional, Julio Moltó, reveló ayer que las investigaciones internas de la institución en torno a la muerte de dos menores de edad en una balacera en San Carlos el pasado miércoles descubrieron...

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Redacción

El director de la Policía Nacional, Julio Moltó, reveló ayer que las investigaciones internas de la institución en torno a la muerte de dos menores de edad en una balacera en San Carlos el pasado miércoles descubrieron lo que se sospechaba: que hubo fallas “gravísimas” de procedimiento por parte de al menos cuatro unidades de diferentes rangos.

Se trata de un teniente, un sargento y dos agentes que fueron separados de sus cargos. Dos de ellos fueron puestos a órdenes del Ministerio Público y se les formularon cargos de homicidio doloso.

El anuncio se hace horas después de que se desarrollaran las honras fúnebres de la segunda víctima, una chica de 15 años de edad que murió el jueves por la noche en el hospital Santo Tomás.

Aparte del aspecto de la justicia para la familia de las víctimas, nuevamente surgen las interrogantes sobre el adiestramiento de las nuevas unidades, así como la capacitación en todos los niveles. Si hay algo que un oficial debe conocer al dedillo son las situaciones en las que debe desenfundar. Claramente, en este caso más de uno falló.

Cada vez que ocurre un caso como este, la población pierde confianza en la Policía Nacional. No solo debe mantenerse la transparencia en cuanto al manejo de este caso en particular; los directivos de la institución deben tomar los pasos necesarios para recuperar esa confianza y asegurar que su personal no vuelva a cometer errores ni abusos.


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