Opinión - 30/5/11 - 09:58 PM

La discapacidad no discapacita

Por: Yadira Roquebert - Lunes 30 de Mayo de 2011 9:58 PM

Se trata de una muestra de solidaridad hacia los discapacitados. SENADIS, la Secretaría Nacional de Discapacidad, a través del programa Fami Empresas, le entregó a unos doscientos discapacitados, un capital semilla para iniciar un negocio que les permita generar ingresos, a la vez que le brindan un servicio a la comunidad.

Una gran oportunidad para nuestra población discapacitada, que les facilita un recurso que los transformará en entes productivos, junto a sus familias.

Algunos de los beneficiarios manifestaban que instalarán una refresquería, otros, que una fonda y hasta un proyecto de elaboración de tejidos. Estoy segura que sus respectivos negocios van a contar con el respaldo de los panameños, ya que en mi Panamá, el país de las oportunidades, nos caracterizamos por ser solidarios.

Esta es una cara de la moneda; panameños con una situación que los convierte en discapacitados, pero que no los limita para iniciarse como emprendedores. A ellos se unen otros, que en circunstancias similares han alcanzado el éxito y son motivo de orgullo nacional. En la otra cara de la moneda, se reflejan ciudadanos que carecen de sus extremidades inferiores y que se movilizan a través de una silla de ruedas, levantando la mano para pedir una ayuda económica, inspirando compasión en los transeúntes. Me pregunto: ¿Por qué no levantan la mano para ofrecer un producto?, así generan un ingreso.

Programas de esta naturaleza deben servir para cambiar la mentalidad de las personas, en el sentido de no conformarse con una donación o vivir de un subsidio, pues así, nunca van a ver resueltos sus problemas reales. Se trata de una política de Estado positiva, que eleva la calidad de vida de los discapacitados; los integra a la sociedad como emprendedores y les permite aportar a la economía familiar; inclusive, este beneficio se extiende a miles de personas, pues hay que cuantificar los miembros del hogar.

Espero degustar los alimentos de las fondas, refrescarme con una bebida de estas refresquerías o adquirir un bordado, entre otros productos que, próximamente, se ofrecerán al público.