Morbo político
Las declaraciones del expresidente Ricardo Martinelli, en el sentido de que en el caso de la comida deshidratada lo que ha campeado es el morbo político, no
Las declaraciones del expresidente Ricardo Martinelli, en el sentido de que en el caso de la comida deshidratada lo que ha campeado es el morbo político, no han podido ser más acertadas, a la luz de los hechos que los panameños hemos venido conociendo, de parte del señalado más notorio del caso: Giacomo Tamburrelli.
Es un hecho público que quien ocupaba el ministerio de la Presidencia y fungía como responsable de todas las decisiones últimas tomadas por el director del Programa de Ayuda Nacional (PAN) era Demetrio Papadimitriu, al que al parecer Tamburrelli, siguiendo quien sabe qué designio, está cuidándose muy bien de no involucrarlo en el proceso judicial.
También es un hecho que el propio exministro y autoproclamado estratega electoral participó en la campaña política de Juan Carlos Varela. Entonces, ¿por qué no da la cara y hace sus descargos?
El hecho de que Tamburrelli insista en mencionar al expresidente, dejando de lado al exministro de la presidencia, es síntoma de que se quiere torcer el proceso en busca de la verdad y convertir entonces la experticia en un funesto instrumento de persecución política.
Martinelli ha sido claro al decir que tanto él como el actual presidente Juan Carlos Varela saben bien lo que ocurrió en este caso, ya que Varela, cuando fue su vicepresidente en la pasada administración gubernamental, estuvo siempre a su lado.
Si quieren hacer una verdadera investigación, hasta el actual mandatario tendría que declarar, ya que él no es ajeno a los hechos, toda vez que era segundo al mando después de Martinelli y muchos funcionarios panameñistas tomaron decisiones de responsabilidad relacionadas con la comida deshidratada.
Recojamos las palabras del exmandatario y que se haga una investigación seria, que se deje de lado el morbo político que es la antesala de la persecución judicial, algo que sin duda quieren aquellos que deliberadamente no dan la cara.