Violencia estudiantil
Aunque no debe de sorprender a nadie, el material encontrado en el Instituto Nacional debe hacer reflexionar a todos los miembros de la sociedad panameña.
Aunque no debe de sorprender a nadie, el material encontrado en el Instituto Nacional debe hacer reflexionar a todos los miembros de la sociedad panameña.
Máscaras, armas punzo-cortantes, mazos y sustancias químicas para elaborar explosivos líquidos deja al descubierto que se llevaba a cabo un plan para perturbar el orden público.
El asunto se torna peor cuando las autoridades educativas señalan la existencia de mayores que incitan a los jóvenes a cometer actos de violencia con el fin saciar apetitos personales.
Los colegios son centros de enseñanza y son para aprender, convivir entre los estudiantes y los docentes, además forman parte de la plataforma inicial del desarrollo que es la educación, no la confrontación.
Todos los panameños sin distinción de credo religioso o bandera política deben rechazar de forma tajante esta situación, porque se afecta es la nación y no determinado grupo.
Por su parte, el Ministerio de Educación también esta en la obligación de aplicar la más dura sanción a los estudiantes responsables de preparar el “arsenal colegial” con el fin de gestar la anarquía.
Las aulas son centros de formación y sabiduría para que el país eleve su desarrollo intelectual y económico, no para crear revoluciones estériles.
La juventud sin duda tiene el derecho a protestar, pero sin recurrir a la violencia, que a la postre solo provoca represión y afectaciones a los propios estudiantes.