Provincias - 23/6/15 - 09:45 AM
Indígenas hablarán con el presidente Varela el viernes
La hidroeléctrica de Barro Blanco comenzó a construirse en el 2011 y proyecta generar 28,56 megavatios, cerca del 2 % de la capacidad instalada del país.
Los indígenas Ngäbe-Buglé que exigen demoler la hidroeléctrica Barro Blanco se reunirán el próximo viernes con el presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, para reafirmarle su exigencia de cancelar el proyecto, en el occidente del país, informó hoy un portavoz de los aborígenes.
Bernardo Vejerano, dirigente de la iglesia sincretista Mama Tadta, mayoritaria en su comarca, dijo a Acan-Efe que está "confirmado" que recibirán a Varela el próximo viernes "en el poblado de Bajo Caña Blanca, cerca de donde estuvo en febrero pasado", en un primer encuentro con los aborígenes en el occidente de Panamá.
Vejerano dijo que tanto él, como la cacica suplente de la región Kodriri, Clementina Pérez, encabezarán la comitiva, y que serán "acompañados por miembros de la comarca y de amigos dirigentes ambientalistas".
Señaló que "no apoyan" el encuentro previsto para mañana entre la cacica general de su etnia, Silvia Carrera, con una comitiva que, señaló, estará encabezada por la vicepresidenta y canciller panameña, Isabel De Saint Malo de Alvarado, porque "no estamos en posición de vender nada, ni negociar nada".
Varela y De Saint Malo recibieron el pasado 18 de junio en el palacio presidencial a indígenas de la etnia Ngäbe-Buglé, entre ellos Vejerano, quienes acudieron en representación de esta población para reiterar su rechazo a la continuación de un proyecto hidroeléctrico dentro de la comarca que habitan.
Los indígenas, miembros de un movimiento denominado 22 de Septiembre y de la iglesia Mama Tadta, invitaron al presidente a reunirse en Tolé, donde está la obra de la hidroeléctrica Barro Blanco, cuyos accesos han sido bloqueados por los aborígenes en los últimos 16 días.
Los Ngäbe-Buglé exigen al presidente que acuda a la comarca y cancele por completo la construcción de Barro Blanco, suspendida desde febrero por incumplimientos ambientales por parte de la contratista, la hondureña Generadora del Istmo (GENISA).
En ese momento se instauró una mesa de diálogo para discutir el futuro de Barro Blanco con la contratista y los grupos indígenas, sin embargo, estos últimos la abandonaron el mes pasado porque el gobierno no acepta su exigencia de que se demuelan los trabajos, que tienen un 95 % de avance.
Además de los efectos ambientales negativos que losNgäbe-Buglé atribuyen a Barro Blanco, también reclaman el hecho de que cuando se llene la represa va a cubrir permanentemente el principal petroglifo de la religión Mama Tadta, en el lecho del río Tabasará, el cual consideran un río sagrado.
La hidroeléctrica de Barro Blanco comenzó a construirse en el 2011 y proyecta generar 28,56 megavatios, cerca del 2 % de la capacidad instalada del país.