Mentes monstruosas

El perfil criminal de los dominicanos Alcibiades Méndez y Gilberto Ventura Ceballos, acusados de secuestrar y asesinar a jóvenes chorreranos de ascendencia china en El Trapichito de

Redacción / Crítica

El perfil criminal de los dominicanos Alcibiades Méndez y Gilberto Ventura Ceballos, acusados de secuestrar y asesinar a jóvenes chorreranos de ascendencia china en El Trapichito de La Chorrera, es la de “maldad bastante apreciable, mucha saña y poco respeto por la vida”, dijo el fiscal tercero superior, Sofanor Espinosa, quien investigó el caso.

Pero para Judith de Lee, madre de la asesinada Georgina Lee Chen, los dominicanos son sencillamente “monstruos”.

En la tercera entrega de la serie de “Crímenes por Codicia”, que desarrolla la periodista Julia Elena Alvear, de Nextv, se retrata la personalidad de los dominicanos asesinos.

Ventura

Gilberto Ventura Ceballos, nacido en República Dominicana el 20 de diciembre de 1969, entró a Panamá en el 2008 con documentos falsos y una visa de turismo válida por tres meses, bajo el nombre de Fermín Taveras Ramírez. Curiosamente, en su país de origen purgó prisión por el secuestro de un ciudadano asiático.

En Panamá, Ventura Ceballos abrió una cuenta bancaria, puso un negocio de ventas de celulares en La peatonal de La Chorrera; se casó y tuvo hijos con una empleada bancaria.

Méndez

“José Celular”, como era conocido el dominicano Alcibiades Méndez, nació el 1 de mayo de 1968. No se ha precisado cuándo llegó a La Chorrera, pero logró poner dos puestos de ventas de celulares: uno en frente al IDAAN y otro en la Avenida Central.

Méndez tuvo tropiezos con la justicia; le hurtaba los celulares a los clientes, tenía boletas de corregiduría por pensión alimenticia y hasta tuvo un proceso penal por estafa en el juzgado municipal, que no avanzó por arreglos que hizo con la víctima.

El fiscal Espinosa cree que Ventura Ceballos fue el que planeó toda la trama criminal y lo calificó de “mente fría, fría de carácter y fría al momento de tomar sus decisiones”.

A diferencia de Méndez, que sí confesó los crímenes, Ventura Ceballos nunca ha aceptado la responsabilidad de sus hechos.

Cuando fue capturado en República Dominicana, se había teñido y aclarado el cabello, trató de alterar sus huellas dactilares y aseguró que miembros de la Policía Nacional estaban involucrados en el secuestro y crimen de los jóvenes, hipótesis que se investigó y descartó por ser falsa.



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