“Preñan” a peruanos con “pichi”
Dos hermanos de nacionalidad peruana fueron detenidos por las unidades Antinarcóticos de la Dirección de Investigación Judicial (DIJ) en el Aeropuerto Internacional en Tocumen, cuando intentaban salir
Dos hermanos de nacionalidad peruana fueron detenidos por las unidades Antinarcóticos de la Dirección de Investigación Judicial (DIJ) en el Aeropuerto Internacional en Tocumen, cuando intentaban salir del país con un cargamento de 195 comprimidos con cocaína adentro de sus estómagos.
Las detenciones se reportaron la tarde del domingo, cuando ambos extranjeros arribaron al país procedente de la ciudad Quito, en Ecuador, con el fin de tomar un vuelo hacia República Dominicana.
Los suramericanos fueron detectados por los agentes de investigación debido a su actitud nerviosa.
Ambos fueron trasladados a la sección de rayos X donde se les observaron objetos extraños adentro de sus estómagos, quedando de inmediato aprehendidos.
Fueron trasladados al Hospital Santo Tomás, donde el peruano de 22 años de edad evacuó hasta ayer, miércoles, 195 comprimidos, mientras que su hermano, de 24 años, expulsó 95 narco-comprimidos.
Los sospechosos quedaron a órdenes de la Fiscalía Primera de Drogas, donde posiblemente enfrentarán cargos por el delito de tráfico internacional de drogas.
Posterior a ese suceso, los efectivos de la DIJ dieron con la captura la mañana del lunes, de una pareja de peruanos, con una bebé de 7 meses.
La pareja provenía de Quito, y tenía la misma ruta que los hermanos capturados el día anterior, ya que su país de destino era República Dominicana.
La pareja fue trasladada al Hospital Santo Tomás, en donde se encuentran evacuando comprimidos, sin embargo, la cantidad expulsada no ha sido revelada.
Su pequeña hija quedó a órdenes de la Policía de Niñez y Adolescencia, mientras que un familiar la reclame desde su país de origen o se ubique en un alberque temporal.
Las autoridades verifican si se trata de una misma organización criminal que utiliza “mulas” para el trafico de drogas.
Las organizaciones criminales les pagan hasta 3 mil dólares a personas con el fin de que utilicen sus cuerpos para trasladar drogas, a pesar de que arriesgan su vida y su libertad.
Las investigaciones en este caso se mantienen abiertas.