Supo que iba a morir, y decidió disfrutar su cuerpo
No quería una despedida solemne ni frases de autoayuda. Quería sexo, risas y verdad. Así nació “Dying for Sex”,
Mientras muchos enfrentan el cáncer con silencio o resignación, Molly Kochan eligió otro camino: el del placer, la risa y el deseo. Separada tras 15 años de matrimonio y con un diagnóstico terminal de cáncer de mama, decidió redescubrir su sexualidad antes de morir. A su lado, como testigo y cómplice, estuvo siempre su mejor amiga, Nikki Boyer.
Frente al espejo, con cicatrices en el pecho y la certeza de que le quedaban pocos meses de vida, Molly Kochan tomó una decisión inesperada: redescubrir su cuerpo, su deseo y su libertad.
No quería una despedida solemne ni frases de autoayuda. Quería sexo, risas y verdad. Así nació “Dying for Sex”, el podcast que transformó su historia terminal en un grito de vida.
Molly tenía 43 años, estaba separada tras 15 años de matrimonio y con un diagnóstico brutal: cáncer de mama en etapa IV. Pero en lugar de encerrarse en el dolor, le dio un giro erótico, honesto y crudo a su despedida.
Lo hizo junto a su mejor amiga Nikki Boyer, quien documentó cada paso: desde las sesiones de quimioterapia hasta las aventuras sexuales que Molly comenzó a vivir sin culpa.
“No se trata de placer por placer”, dijo Molly en una de sus grabaciones. “Quiero sentir que mi cuerpo aún me pertenece”. Esa frase, potente y desgarradora, le dio identidad a todo el proyecto.
El podcast fue lanzado póstumamente por Wondery en 2020 y se volvió un fenómeno mundial, premiado por su valentía y ternura.
Nikki no fue solo la voz del programa, sino el corazón detrás de cada episodio. Asumió el rol de cuidadora, amiga, productora y confidente.
“Molly me enseñó que incluso en medio del dolor, se puede elegir el gozo”, confesó. La experiencia la marcó tanto que fundó su propia compañía, Dying For Media, dedicada a historias “incómodas pero necesarias”.
El podcast tocó temas tabú: trauma, deseo, agresiones del pasado, y esa disociación entre cuerpo y alma que muchas mujeres viven. Molly fue cruda.
Contó que fue abusada de niña y que por años vivió el sexo como algo ajeno. Solo al borde de la muerte, se atrevió a preguntarse qué la hacía realmente sentir viva.
La historia impactó tanto que Disney+ lanzó una serie basada en su vida en abril de 2025, con Michelle Williams como Molly. Pero más allá de la pantalla, su legado vive en cada mujer que se anima a hablar sin filtros de su cuerpo, su placer y su verdad. Molly no sobrevivió al cáncer, pero le ganó a la vergüenza.