Viva - 27/8/14 - 12:21 AM

‘El Bosco’, el pintor maldito

Entre el cielo y el infierno se debate la creatividad sexual y demoniaca del autor de las obras más maravillosas que sacudieron al mundo en la época

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Katiuska Anzola | VIVA

Entre el cielo y el infierno se debate la creatividad sexual y demoniaca del autor de las obras más maravillosas que sacudieron al mundo en la época medieval, y que aún no dejan de causar excitación entre muchos.

Jerónimo van Aken, conocido como “El Bosco”, es un pintor de origen holandés, que se presume nació en 1450. Bajo el seno de una familia artista, este joven tuvo una gran influencia de su abuelo y de su padre, quienes a lo largo de su trayectoria artística lograron infundirle las mejores técnicas del arte en cuestión.

Los temas religiosos fueron su génesis en la pintura, lo cual era muy común para la época. Pero rápidamente “El Bosco” fue encontrando su propio estilo, y sus pinturas se convirtieron de ortodoxas y sosas, a fascinantes en un salto. El arte de “El Bosco” era muy particular, con un significado muy profundo.

Surrealista, alquimista, brujo, satanista, fantasioso, hereje, quizás sean sus múltiples sinónimos para categorizarlo, lo cierto es que sus pinturas desde aquel momento hasta la actualidad han impresionado a los grandes del género, aficionados, coleccionistas y curiosos.

El espíritu libre de “El Bosco” irradia y envuelve.

Muchos afirman que el pintor pertenecía a una secta, y que la promiscuidad era uno de sus deportes por naturaleza. El desenfrenado erotismo de una sensualidad abstracta puede revelar los deseos más oscuros de los seres humanos. Otros podrían afirmar que ha plasmado lo que muchos religiosos llamarían el caos del fin.

La concepción del amor libre se pone a flor de piel, y les da rienda suelta a todas las perversiones sexuales inimaginables. Lo básico pasa inadvertido, y la delicadeza de sus trazos entra en acción y describe las desviaciones en las que muchos se sumergen en la oscuridad de una vida en secreto, pero “El Bosco” permite darle luz a través de sus lienzos.

Aún se desconoce si el pintor se inspiraba bajo el efecto de drogas alucinógenas. Pero debemos de tachar de anacrónica la tendencia de interpretar las imágenes de “El Bosco” en términos de surrealismo o de la psicología freudiana, tal como lo describe el autor Walter Bosing, en su libro “Obra completa – Pintura de “El Bosco”.

“El Jardín de las Delicias”

Es su obra más memorable. Una obra un tanto difícil de psicoanalizar e interpretar. Existen muchas hipótesis sobre el significado de cada elemento puesto en ella, pero aun algunos han quedado en incógnito.

Solo se sabe que muchos que adquirieron estas obras no pudieron apreciarlas por mucho tiempo. Se dice que producía efectos visuales alucinógenos y hasta la muerte.

Pero este poema pecador de las flaquezas del hombre ha arrebatado la opinión pública a nivel mundial. Figuras amorfas y escalofriantes dan la similitud de un mundo al revés. Pájaros gigantes dando de comer a humanos, orgías múltiples, homosexualidad, bisexualismo, ruina y perdición son las acciones más resaltantes en las obra, basadas en la expulsión de Adán y Eva, pero debido a la tentación de esta, es que ha desatado el caos sexual del mundo en los diferentes planos, lo cual conllevará al más oscuro y perdido infierno de los cuerpos de “El Bosco”.

Cada sueño erótico de esta interpretación nos lleva a las peores pesadillas del infierno, que ocupa la posición análoga de la fuente de la vida, y muestra a “El Bosco” en la cima de sus poderes creativos. El mundo, la carne y el diablo son los perseguidores audaces del hombre, atravesando un escenario de tradición, con asombrosos peligros físicos y devastadores.

Una gran variedad de obras de ese estilo invadieron la época media. Sin embargo, para deleitarse del oscuro mundo de “El Bosco” podrás encontrar sus obras en el Museo del Prado en Madrid.


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