Arzobispo Ulloa: "El pueblo venezolano no está solo"
“Sepan hermanos y hermanas venezolanas, que están en su país y los que han elegido a Panamá como su hogar, ustedes no están solos”, enfatizó el arzobispo durante su homilíia.
El arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa Mendieta, envió un contundente mensaje de apoyo al pueblo venezolano. “El pueblo venezolano no está solo”, declaró Ulloa, convocando a una Jornada de Oración por Venezuela.
“Sepan hermanos y hermanas venezolanas, que están en su país y los que han elegido a Panamá como su hogar, ustedes no están solos”, enfatizó el arzobispo durante su homilía, transmitida en vivo a miles de hogares.
Ulloa resaltó la importancia de la verdad y la transparencia en tiempos de oscuridad e incertidumbre. “Oramos para que la verdad, la transparencia sean las que prevalezcan en estos tiempos de oscuridad e incertidumbre”, agregó.
El prelado instó a la comunidad panameña a no abandonar a los venezolanos que defienden la verdad. “No permitamos que los venezolanos que defienden la verdad queden aislados y solos. Pongamos el hombro para que sientan nuestra solidaridad y cercanía; que no sea solo gesto teórico, sino verdad que estremezca y haga la diferencia”, expresó con fervor.
La Jornada de Oración por Venezuela organizada por la Arquidiócesis de Panamá este domingo 4 de agosto busca implorar a Dios para que “la violencia sea suplantada por la paz y que la voluntad del pueblo depositada en las urnas, sea reconocida y asumida por todos”, concluyó el arzobispo Ulloa.
Las redes sociales estallaron con mensajes de apoyo y gratitud hacia el arzobispo Ulloa. Usuarios venezolanos y panameños destacaron la importancia de estas palabras en momentos críticos para Venezuela.
“Gracias, monseñor Ulloa, por ser la voz de los que no pueden hablar”, escribió @MariaPerezVzla en Twitter, mientras que @JuanCarlosPanama señaló: “La solidaridad es el camino para construir un mundo mejor”.
Esta jornada de oración se perfila como un símbolo de esperanza y unión entre los pueblos de Panamá y Venezuela, recordando que la fe y la solidaridad pueden transformar hasta las realidades más complicadas.