Migración
La ley migratoria, como toda ley, se quedó corta en el tiempo. Los tipos de visados para legalizar la permanencia fueron poniendo en situación irregular a miles de extranjeros.
La ley migratoria, como toda ley, se quedó corta en el tiempo. Los tipos de visados para legalizar la permanencia fueron poniendo en situación irregular a miles de extranjeros que llegaban al país, la mayoría con fines lícitos. El auge económico que se vivió desde el 2008 en adelante, planteó la necesidad de crear una serie de categorías migratorias que permitiesen a esos extranjeros llegar y vivir en el país sin restricciones migratorias. Eran tiempos en los que multinacionales se mudaban de Venezuela casi que de un día para otro, muchos profesionales emigraban en busca de oportunidades de empleo que se requerían para las obras de gran envergadura que se hacían o para prestar servicios en actividades innovadoras. También llegaban personas con intenciones próximas al delito buscando también los beneficios de la bonanza que experimentábamos. Las migraciones tradicionales como la china y colombiana fueron abriendo espacio a la venezolana, nicaragüense, dominicana, así como también a otras como la española, italiana, países que cuentan con convenios internacionales de vieja data, al tiempo que se abría el compás para actividades bajo leyes especiales como las de Panamá Pacífico, para citar algunos ejemplos.
Deportar a todos los ilegales resulta imposible como regla general. El Crisol de Razas fue una alternativa útil que se desacreditó porque no se requería de abogados para su tramitación. Una vez, en 2010, habían unas 3 mil cartas de naturaleza sin reclamar en el SNM. Decidí publicar las listas en los periódicos ya que se me hacía raro que estando aprobadas nadie las reclamara. La sorpresa fue de tal magnitud que muchos de los abogados de tales cartas se disgustaron ya que la idea era no notificarse para esquilmar a sus clientes. Drama humano muy corriente en estas actividades. En esos Crisoles se contaba con bases de datos y personal policial de Colombia, Nicaragua y Dominicana así como la nuestra e Interpol que son copiosas. Venezuela no cooperaba del todo, pero no emigraba lo que llega hoy ya que su crisis no era de la magnitud actual. Se regularizaron unas 50 mil personas que dejaron la informalidad y pasaron a pagar impuestos y CSS más permisos de trabajo. Este gobierno hizo uno más y, como todo lo del gobierno anterior lo suspendió por revanchismo sin medir consecuencias e inventó otro sistema que al final buscaba lo mismo, ahora también suspendido. En reiteradas ocasiones el gobierno ha reconocido que son ínfimos los porcentajes de estos inmigrantes que han delinquido, inclusive, dicen, son más los panameños que delinquen que los extranjeros. Allí están las cifras de encarcelados.
La ola violenta de las últimas semanas produjo medidas migratorias de urgencia, buscando la fiebre en la sábana. Bajar de 180 a 90 días el permiso para permanecer como turistas no resuelve el problema si de delinquir se trata. Un sicario viene, mata y se va. Los $500 que se requieren para entrar no significa que con eso van a vivir tres meses. He escuchado de la mafia que existe para cubrir esta necesidad desde Venezuela a razón de 10% al día de pago de intereses. Nunca en mis viajes se me ha preguntado en ningún país cuanto dinero llevo conmigo y si me alcanza para la estadía como turista, por ello esas son excusas que no se sustentan.
Creo que mientras Venezuela no se estabilice hay que poner visado a todo el que deseen venir a Panamá. Igual a colombianos, dominicanos y nicaragüenses. El posconflicto colombiano tendrá impacto y hay que medirlo a tiempo. El incremento de producción de cocaína ya se refleja en las incautaciones que casi a diario se hacen. Nuestra seguridad va primero y deben adoptarse decisiones radicales que detengan una de las causas del problema de inseguridad. Panamá cuenta con la tecnología para visado electrónico, así que controles hay. Igual se puede revisar el listado de los " países amigos" para ver si hay que ajustar. Creo que si dada la peligrosidad del extremismo que azota en otras partes del mundo. Esa es la realidad de hoy. La de hace 4 años atrás era otra y generalizarla es absurdo.
La tecnología y cooperación con EE.UU. que logramos instaurar fue importante. Tocumen es hoy un buen aeropuerto para garantizar seguridad. El reconocimiento facial, la información de pasajeros desde EE.UU., la biometría, el reconocer perfiles sin perturbar pasajeros, son herramientas que permiten devolver a miles de extranjeros con antecedentes delictivos. Igual adecuar Albrook, Howard, y demás aeropuertos con flujos internacionales. Igual hay que hacer con terminales de carga. En nuestro tiempo se devolvían unos 25 indeseables diarios. Hoy ha aumentado y eso es positivo.
Los países que se han hecho grandes como EE.UU. se lo deben a migraciones buenas y controladas. Cerrar fronteras no es opción, pero custodiarlas es necesario sin caer en xenofobia descontrolada. El SNM es importante mantenerlo con la más alta tecnología y la relación con nuestros vecinos en el intercambio de información se debe aumentar, sobretodo Colombia. Solo así nos protegemos y de paso cuidamos nuestra posición geográfica, que es el valor agregado de gran potencial a proteger.
José Raúl Mulino Q.