Rana de ojos rojos: Su trama para escapar a altas temperaturas

De acuerdo al estudio, del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI), este fenómeno les ayuda a sobrevivir a innumerables amenazas de la selva.
Rana de ojos rojos . Foto: Astrid Katerina Lisondro-Arosemena

Rana de ojos rojos . Foto: Astrid Katerina Lisondro-Arosemena

Por: Redacción/Crítica -

El nuevo estudio del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) señala que los embriones de rana de ojos rojos eclosionan antes cuando se exponen a altos niveles de amoníaco, que representa una señal ambiental de que hace demasiado calor y está muy seco para que los huevos sobrevivan.

De acuerdo con la publicación del STRI, hace tres décadas, le Dr. Karen Warkentin, profesora de la Universidad de Boston e investigadora asociada de STRI, se dio cuenta de que los embriones de rana de ojos rojos pueden eclosionar hasta tres días antes de su ciclo normal de desarrollo de siete días. Si consideran que la vida en su gelatinosa guardería es demasiado arriesgada, pueden salir de sus huevos y adentrarse en la relativa seguridad del agua.

La científica descubrió que los embriones de rana de ojos rojos son observadores perspicaces del mundo sensorial que les rodea, capaces de diferenciar entre las vibraciones causadas por una serpiente o una avispa hambrienta y una inofensiva tormenta tropical.

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Estudios más recientes han demostrado que las ranas de ojos rojos también eclosionan en respuesta a condiciones de calor y resequedad que podrían ser fatales. Al no poder detectar ninguna pista evidente con sus sentidos humanos, el equipo de Warkentin no sabía cómo estos embriones podían saber que sus huevos estaban peligrosamente deshidratados.

En tanto, Javier Méndez Narváez, antiguo estudiante de posgrado en el laboratorio de Warkentin, demostró que las concentraciones de amoníaco, un producto de desecho en los huevos en desarrollo, aumentan a medida que los huevos terrestres se secan.

"Ya sea en un entorno natural o bajo el microscopio de un laboratorio, siempre empezamos con observaciones", explica Warkentin. "Así que nos preguntamos si el amoníaco no sería sólo una toxina, sino una información".

Por otro lado, se destaca el estudio de una de las voluntarias Méndez, Astrid Katerina Lisondro-Arosemena, recibió una beca financiada por STRI y la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación de Panamá (SENACYT) para comprobar si unos niveles elevados de amoníaco podían provocar la eclosión temprana de ranas de ojos rojos en un entorno seguro y propicio.

Los resultados del estudio vincularon la exposición al amoníaco con una eclosión casi inmediata en el 95% de los ensayos, descubriendo una de las formas en que las ranas embrionarias pueden percibir el peligro climático que se avecina.

"Me encanta que los embriones nos den respuestas tan claras a nuestras preguntas", afirma Warkentin.

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