Opinión - 07/8/16 - 12:00 AM

Continuación de la entrevista al pintor Brian Vergara

Por: José Morales Vásquez Investigador de arte - Domingo 07 de Agosto de 2016 12:00 AM

El pintor: Sí, participé en una Exposición de Arte del Trabajador en Venezuela, hace ya muchos años; también participé en una Feria de Arte en Bogotá, fui por mis propios medios, me fue muy bien. Mis obras se encuentran en colecciones de los Estados Unidos, en Argentina, Colombia y Centroamérica.

El pintor: Trabajo con Galería Habitante hace ya nueve años, no hay otro lugar donde se pueda conseguir mi obra por ahora. Pretendo seguir ampliando la oferta. O sea, pero afuera, en otros países.

El pintor: Soy libre de pintar los temas que a mí me gustan, aunque siempre hay opiniones de gente que saben y que tienen ciertos años en esto, es como todo, hay consejos - yo al final decido si los tomo o no- y claro, soy el responsable de lo que suceda.

El pintor: Antes yo pensaba que la única forma para poder vivir, -porque es una realidad que se necesita el factor dinero para poder vivir-, en vez de hacer arte, era impartir clases, aunque los artistas somos un poco complicados para dar clases. Uno tiene que poseer el carisma, debe tener mucho conocimiento para poder transmitirle ese conocimiento a otra persona y, eso me hace pensar que todavía no estoy preparado como para enseñarle a alguien, quizás en algún momento de mi vida lo haga, porque uno siempre quiere dejar a las futuras generaciones sabiduría; pero primero tengo que adquirirla. Todavía necesito madurar primero artísticamente.

J. Morales: Te cuento una anécdota –hace unos años en una comunidad de las afueras de Soná, en Veraguas, una niña de primaria me muestra un módulo -texto en inglés, en la parte cultural- tenía que aprenderse algunas cosas y en la hoja que me muestra decía: “El altar de oro se encuentra en la Iglesia Parroquial de Natá de los Caballeros, en la provincia de Coclé” – cuando leí eso le dije a la niña. Este texto está equivocado. El altar de oro se encuentra en la Iglesia San José, en el Casco Viejo de la capital, ese altar nunca se ha traído al interior. Dígale a su maestra que, por favor, corrija ese error. Al día siguiente le pregunté a la niña si le dijo a la maestra lo que yo había observado, y me contestó que sí, y que la maestra le dijo que ella tenía que enseñar lo que estaba escrito en el módulo, porque así lo había entregado el Ministerio de Educación.

El pintor: Un educador tiene que estar muy bien preparado para poder pasarle ese conocimiento a alguien, el problema radica en que si tú no tienes conocimiento, no puedes impartir clases, necesitas tener para poder dar, la educación se ha perdido, la gente debe aprender para enseñar. Cuando yo comencé en arte, hace unos once años que llevo andando por las galerías, todos los artistas eran de afuera, aquí en Panamá los otros artistas me preguntaban ¿Y tú eres panameño? Cuando era yo quien debía preguntar si ese artista era de Panamá, pero hay transformaciones, porque se hablaba mucho de que el panameño todo lo dejaba sin terminar –eran mediocres- la mediocridad era muy fuerte en Panamá, pero desde hace unos años para acá la gente se está esmerando para hacer las cosas bien. Porque todo lo hacían a medias, así como el que escribió el módulo de enseñanza sin ningún interés en las cosas, solamente para entregarlo, un documento que al final el alumno se va con esa información y, llegamos a tergiversar la historia.