Infiernillo político
Bueno, bueno, la política panameña está como aquel famoso espagueti western entre “lo bueno, lo malo y lo feo”, pero contraponiéndose los unos a los otros dependiendo
Bueno, bueno, la política panameña está como aquel famoso espagueti western entre “lo bueno, lo malo y lo feo”, pero contraponiéndose los unos a los otros dependiendo de qué bando se trata.
Por cierto que el gobierno, utilizando la comunicación masiva publicita de sus obras (más en cuatro años que en 40) y desarrolla una campaña mediática demostrando el beneficio que la administración les ha dado a los panameños (100 para 70, Minsa-capsi, metro, obras de infraestructura, subsidios, entre otros).
De paso, la oposición responde con una serie de acusaciones sobre corrupción (sobreprecios, excesivos gastos, endeudamiento público, caos en el transporte, muerte en los hospitales, entre otros).
Sin embargo, el choque publicitario pareciera no afectar la imagen presidencial que continúa siendo favorable al mandatario.
De otra parte, la falta de contundencia y liderazgo de los presidenciables de la opo y la insistencia de que solo unidos triunfan no les da clara ventaja en las encuestas, que mantiene un estrecho margen.
La oposición sostiene que la propaganda oficial sobre las obras realizadas debe prohibirse por constituir un elemento de favoritismo al candidato oficial, constituyendo además una ilegalidad por el uso de fondos públicos para favorecerlo.
Sin embargo, si esto es un impedimento, también debía prohibirse el ataque o denuncias (en tiempo electoral) al gobierno, pues es una forma de perjudicar al candidato oficial.
La realidad es que el escepticismo del votante presagia una estrecha pugna entre gobierno y oposición, uno por la continuidad y la otra por el retorno al poder.
El hecho de que el Ejecutivo logre mantener hasta ahora unidas sus fuerzas (Cambio Democrático y Molirena), salvo algunos desafectos y que la oposición revela brechas a unidad (pugnas intestinas del PRD y el panameñismo) pareciera favorecer al oficialismo, aparentando contar con mayores recursos que la oposición.
Mientras la duda se mantiene entre la publicidad positiva de gobierno sobre sus obras y su candidato promoviendo el continuismo de lo mismo) con un discurso de ofertas, la oposición mantiene su agresiva campaña de denuncias y ataques bajo la premisa de un pacto ético (la ética política es otra cosa).
Bien lo dijo el escudriñador de la política, el novelista británico George Orwell: La contradicción es la capacidad de sostener simultáneamente las creencias contradictorias y aceptar ambas.
Bueno, es todo por hoy, pero tranquilos que el próximo jueves habrá más.