Protestas universitarias
A pesar de que sectores ciudadanos pudieran estar en contra por la forma en que algunas veces los universitarios protestan, cerrando las calles en su totalidad y afectando el derecho de terceros a la circulación, no podemos soslayar que, equivocados o no, son los estudiantes los que siempre dan la cara por el pueblo panameño.
En los últimos días, los universitarios y otros sectores ciudadanos han salido a las calles a manifestarse contra el aumento de la energía eléctrica, que contrario a lo que dice el gobierno, va a afectar a todos los panameños y provocar una escalada inflacionaria galopante.
Históricamente, el movimiento estudiantil ha sido el porta estandarte de las reivindicaciones populares, y en esta ocasión no podía ser diferente, toda vez que el inconsulto aumento es un atentado a la economía, no solo de la clase pobre del país, sino a las clases media profesional y empresarial que, necesariamente, va a trasladar a las otras clases los costos en sus operaciones, producto de estos aumentos.
El derecho a la manifestación pública está consagrado en la Constitución Nacional. Si el gobierno pretende reprimirla, incurrirá en delito.
Que protesten los universitarios, que protesten las amas de casa, que protesten los obreros y educadores; ese es su derecho, y al hacerlo hablan en nombre de todos los panameños que por una u otra razón no pueden estar físicamente en esas demostraciones, pero que comparten plenamente los motivo de las manifestaciones.
Los que sí es importante es que las manifestaciones se hagan dentro del marco del respeto a los derechos de circulación de terceros y sin vandalizar bienes públicos o privados. La protesta es un mecanismo de lucha democrática y no puede ser desnaturalizada por la violencia inútil, que la priva de sentido cívico.